Los gruesos muros de piedra de este porche llevan ya varios veranos a sus espaldas. De su decoración original queda muy poco, solo los sofás de madera y la mesa de comedor con pie de hierro forjado. Y, sin embargo, año tras año se esmera en mostrar su mejor aspecto. Este verano, ha lavado la cara a sus techos artesonados, un verdadero tesoro, y ha elegido piezas de fibra vegetal, como las sillas de mimbre, la alfombra de sisal o el puf de rafia, para potenciar la atmósfera natural.
Distribuido a lo largo
Su planta alargada marca su distribución: en uno de los extremos se ubica la zona de estar, de espaldas al mar, y junto a él, el comedor de verano que conecta con la cocina, por un lado, y con el jardín, por el otro. Telas y flores se han aliado para competir con los colores que se cuelan desde el exterior. Los cojines combinan lisos y estampados sobre los respaldos de los bancos –detrás los grandes, para cubrir el respaldo y delante los pequeños, para ganar aún más confort– y llenan el porche con un aire fresco, acogedor y actual. Gran culpa de ello la tiene el fucsia elegido como tono protagonista de los textiles y las flores, el Radiant Orchid, seleccionado como color del año 2014. Y es que se trata de un color vitalista que emana alegría, más aún si se combina, como en este porche, con el verde.
Los centros florales, con alliums y peonías, reproducen también esta mezcla de colores y crean tres puntos de flor en el porche, uno sobre cada mesa. El más grande en la de comedor, el mediano en la de centro y el tercero, el más pequeño, en la mesa auxiliar. Todo está listo para disfrutar del porche.
Mimbre, rafia y sisal
Frescas y ligeras, las fibras vegetales son una apuesta segura para el porche. La butaca y el puf son de rafia, las sillas del comedor de mimbre y la alfombra, de sisal.