Mònica es una enamorada del paisaje y Jordi, de la enología. Esta pareja creó un jardín donde disfrutar de sus dos pasiones. El resultado: un lugar encantador donde reunirse con sus amigos entre vino y rosas.
La pasión por la naturaleza está presente en cada rincón del porche de Jordi y Mònica. Ella es paisajista y su jardín, el fiel reflejo de sus proyectos: flores de temporada, respeto por el paisaje y un manto verde que lo envuelve todo. Jordi, por su lado, es enólogo y somelier, y antes de elegir un viñedo para sus vinos observa su clima, el terreno y el rendimiento, y busca bodegas cercanas en el que poderlo realizar. Por eso, en casa de Mònica y Jordi cualquier celebración empieza en el jardín y continúa con una cata de sus vinos, JOC de Jordi Oliver Conti.
Una celebración entre amigos
La preparación de la mesa corre a cargo de Mònica Martí y su hija Clara. Dos manteles superpuestos sirven de base para los grandes centros de rosas, recogidas solo un instante antes. “Preparo muchos arreglos florales para fiestas y me encanta trabajar con vegetación de temporada. Mi pasión es el paisaje y cuando voy a pasear por el campo nunca vuelvo con las manos vacías”, explica. Junto a la mesa principal, Jordi ultima los detalles para la cata. Dos de sus cinco vinos son D.O. Empordà, donde se encuentra su casa, una tierra ventosa y exigente que define el carácter de la zona. Llegan los invitados y todo está listo para empezar a degustarlos.