Los interiores están abiertos al diálogo, sobre todo cuando se trata de ampliar fronteras conectando con la terraza. ¿Ganar metros y poder respirar? Bien lo vale esta alianza estratégica.
Aunque es habitual que las terrazas conecten con el salón, también las hay a las que se accede a través del comedor, la cocina, el dormitorio… Estos cuatro casos prácticos de terrazas anexionadas a diferentes habitaciones de la casa han conectado a la perfección. Y no solo porque estén una al lado de la otra, sino también porque la decoración fluye de dentro a fuera y viceversa. Así unifican fuerzas y funden estilos para una total compenetración. ¡Qué gusto que se lleven tan bien!
Para que haya buena comunicación hay que empezar con la transparencia. Cuanto más grandes sean las puertas y ventanales que conectan los dos espacios, muchísimo mejor. Así no perderán la vista el uno del otro, y el interior crecerá visualmente hacia fuera pareciendo más amplio. Prioriza cortinas ligeras, como visillos, y en tonos claros para que no se conviertan en un obstáculo. Si colocas persianas venecianas, mejor que las lamas sean anchas. Así cuando las regules para mantener la intimidad o variar la cantidad de luz, el hueco entre lamas, colocadas de perfil, será mucho más grande y permitirá más conexión visual con el exterior.
El mismo dress code
Cuanto más se parezcan, más unificados estarán. Utilizar los mismos materiales y colores dentro y fuera potencia la conexión de los dos espacios. Madera en los mismos tonos dentro y fuera, el color blanco de las paredes interiores repetido en los muebles de la terraza, telas con los mismos estampados en la cama y en el sofá exterior… Si los concibes como espacios independientes y los vistes por separado, se potenciará la división y la falta de comunicación resultará muy evidente.
Muy bien. Tienes la suerte de tener una terraza anexionada a un espacio de casa. Pero, ¿qué esperas de ella? Si está junto a la cocina, ¿quieres que se convierta en comedor exterior o prefieres comer dentro y tomar las copas fuera? Si es así, entonces mejor un salón outdoor. Si tiene los metros cuadrados justos y solo admite un ambiente: ¿estar o comedor? Parece una obviedad, pero dedicar un poco de tiempo a pensarlo te puede ahorrar mucho lío y dinero. No siempre la primera opción que nos viene a la cabeza es aquella a la que sacaremos más partido.