En la decoración de este espacio se ha buscado libertad de movimiento. También se ha jugado con las simetrías para conseguir un ambiente ordenado y sereno. Lo vemos en la distribución de las sillas del comedor, en los sofás en paralelo y en las librerías gemelas.
Su ambiente te lleva a otras épocas: “A los techos altos, las molduras de yeso, los zócalos, incluso a la chimenea que rescaté de otra casa (¡no siempre hay que comprar todo nuevo!), le dimos un aire como de otro tiempo –nos cuenta Eulàlia Vaqué, su propietaria–. Me considero más romántica que moderna: me gusta el chup chup de los pucheros, hacer pasteles, la jardinería... La última tendencia está muy bien para un hotel durante un fin de semana, pero no hace que me sienta cómoda en casa”.
Si sabes apreciar los detalles aquí tienes colección exquisita: desde las pequeñas librerías con rejilla metálica a los lados de las ventanas, a los cubrerradiadores de celosía o a la delicada caída de los estores de lino.
A lo mejor pensarás que el predominio del blanco en casi todos los elementos de este salón comedor evoca el sosiego de las casas nórdicas. “Sin embargo, yo la veo más bien americana –comenta Eulàlia–, y mucha gente así me lo dice”. Os recuerde al estilo nórdico, o al americano, la sala respira amplitud, bienestar y comodidad. ¿No estáis de acuerdo?
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