El juego de perspectivas es uno de los trucos maestros del interiorista Albert Aubach. El salón de su casa se abre a la terraza y a su estudio, al otro lado del jardín.
El exterior contiguo al salón es una prolongación de la sala. “Quería tener una vista completa del jardín desde cualquier punto del interior”, dice el interiorista y paisajista Albert Aubach. Y es que “crear espacios versátiles, con profundidad y perspectiva” son sus objetivos a la hora de proyectar un espacio. En su casa lo ha conseguido.
Desde el sofá, al mirar hacia la derecha la vista se pierde en el jardín –y llega hasta la caseta del fondo, donde tiene su estudio–. Y al mirar enfrente, se ve el comedor, con la pared pintada de marrón chocolate “para ganar profundidad y carácter” y con un espejo que multiplica la luz y las vistas. “El gran arco central y el techo de vuelta catalana, originales de finales del siglo XIX, separan los espacios de forma natural”.
La mezcla de elementos define la decoración: “Me gusta combinar antigüedades como la lámpara de lágrimas o los sillones del siglo XVIII con materiales naturales como la madera, el hierro o la piedra”. El jardín también es una apuesta por el reciclaje de materiales, como las baldosas de barro o las traviesas de madera –antiguas vías de tren recuperadas– que se prolongan a modo de banco corrido. Tras esta zona de estar exterior, un manto de hiedra aporta frescor y verdor natural al interior de la casa. Diez peldaños la separan del estudio de Albert, al otro lado del jardín..., pero eso ya es otra historia.