Hay salones que enamoran por su distribución, por sus ventanales, por su acústica... Y, de repente, dejan de gustar por su estética anticuada o su carencia de texturas. Pues bien, no hace falta que gastes un dineral en comprar muebles nuevos, simplemente cambiando las telas que revisten los antiguos conseguirás un cambio radical que te devolverá la ilusión por ese espacio ideado para el disfrute y la relajación.
Los tapizados
Jugar con las telas es una manera fácil de dar nueva vida a tus muebles y conseguir un look rejuvenecido. Sillas, sofás y butacas renacen con un nuevo tapizado. Lo más acertado es apostar por textiles suaves y agradables, con acabados aterciopelados que aportan texturas.
Las cortinas
Cortinas y alfombras importan (¡y mucho!), porque visten tu salón. Y no tienen por qué ser anticuadas. Las de lino son elegantes y, al mismo tiempo, muy naturales.
Los cojines
Se lleva mezclar. Atrévete con estampados y texturas variados, aunque en la misma gama cromática. Escoge tonos suaves y delicados y combina telas lisas y estampadas.
Para textiles, colores
- Grises: elegancia relajada del look nórdico.
- Rojos: aportan personalidad y calor.
- Amarillos: te envuelven con su calidez.
- Ocres: iluminan el salón.
- Azules: son vitales todo el año.
- Verdes: alegran y aporta frescura.