Luis Puerta es uno de los decoradores que mejor utiliza el binomio serenidad y practicidad. Este salón comedor ibicenco, actualizado por el estudio de Luis, se pensó en blanco, piedra y cristal. El color blanco de la cal es muy característico de las casas baleares, que se ayudaban de este mineral para impermeabilizar sus casas y reflejar la luz. Aquí el blanco se alía con una concepción arquitectónica muy actual: puertas correderas con largos tiradores metálicos, espacios abiertos y comunicados entre sí...
El comedor es una obra maestra delicada a la vez que racional: Puerta diseñó una mesa con un pie de dos piezas de acero lacado en blanco, que sostiene un gran sobre de cristal. Las sillas son diseño puro: un modelo creado por Charles y Ray Eames para la firma suiza Vitra, dos instituciones del diseño moderno. Las líneas rectas de mesa y sillas contrastan con la irregularidad de las piedras de la pared, que dan calidez al ambiente.
En la zona de estar, tras la chimenea de forja -que se utiliza como fuente de calor en invierno, más allá de su uso estético- nos sorprende el patio de palmeras verde y exótico. Luis Puerta comenta que mantuvo la chimenea original, afín a las líneas puras del salón, y ubicó un gran sofá en “L” de cara al paisaje: “Toda la casa es un gran mirador, y quise potenciar ese carácter”. La magnífica piscina sin bordes y frente al mar realza aún más el privilegiado exterior.
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