Hay quienes prefieren las novelas. Otros, los libros de historia o de arte. Y también hay quienes encuentran en los coffe table books sus mejores aliados para decorar. Lo que está claro es que, cuando las montañas de libros empiezan a cambiar la geografía de casa, es el momento de buscarles un sitio propio. Lejos de desterrarlos en la habitación más recóndita de casa, ¿por qué no colocarlos en el salón? De obra, rinconeras, hasta el techo, antiguas vitrinas o alacenas transformadas... Las librerías suman carácter y personalidad al salón y liberan espacio en otros rincones de casa.
1. Muy práctica, junto a la zona de lectura
Entra en la galería de imágenes y verás esta librería, que está junto a la zona de lectura, donde se necesita guardar libros. Un rincón formado por una chaise longue y una lámpara de pie.

Para leer: Un rincón de 2 m2 junto a la librería es el espacio que necesitas para una butaca cómoda, una lámpara y un mueble para los libros.
Una hilera de halógenos empotrados, a 80 cm uno del otro, la ilumina y sus generosas baldas, de 120 cm de ancho x 40 de fondo, guardan grabados, libros y plantas. Es de DM lacado en los mismos tonos tierra que decoran el salón, por eso se integra tan bien en la decoración
2. Baldas que aprovechan la altura
Si tu salón tiene el techo alto (a partir de 2,50 m), aprovéchalo con una librería muy alta. Deberás reforzar la estructura con un esqueleto de chapa metálica, que queda oculto. Y para que sea estable, también tendrás que fijarla a la pared.
Las baldas: ¿Gruesas o no? Una balda estándar tiene unos 2,5 cm. Cuanto más gruesas, más actual quedará la librería. Unos 6 cm son suficientes.
3. En la esquina del salón
Dos librerías de obra en “L” sacan partido a una esquina del salón y enmarcan la zona de lectura. Sus gruesas baldas en ángulo son actuales y “ensanchan” visualmente el salón. Mira la solución en la galería de imágenes.
4. De DM, adaptada a un espacio irregular
Esta librería de DM lacado disimula el pilar de la pared. Tiene armarios en la parte inferior, de unos 40 cm de fondo, y baldas en la superior, de unos 30 cm de alto. Un riel permite mover la escalera para llegar a las baldas de arriba. Se completa con una librería de Pladur empotrada en el tabique que disimula el radiador. Sus frentes con ranuras dejan circular el aire.
Con escalera: Cuando una librería mide más de 200 cm de alto es recomendable una escalera para poder llegar a los estantes altos. Con ruedas es más fácil de mover.
5. Un expositor convertido en biblioteca
Si quieres una librería de madera y tienes espacio, puedes recuperar una pieza antigua, como este expositor de pino que mide unos 270 x 240 cm, que podrás ver en la galería de imágenes. Su parte acristalada es perfecta para mantener los libros a la vista pero a salvo del polvo. Y sus armarios bajos, para guardar lo más delicado. Son piezas caras, pero muy decorativas. Y te durarán toda la vida.

Revísala: Antes de comprarla, revisa que las puertas abran y cierren bien. Si está en buen estado “reaviva” la madera con un barniz incoloro.
6. De poco fondo, pero bien aprovechada
A veces, una gran librería no necesita un gran espacio. Si tienes una pared libre en el salón, puedes ganar mucho almacenaje con un mueble de solo 25 cm de fondo. Aprovecha la parte baja con armarios con puertas (te servirán para guardar de todo) y pon baldas en la superior, para libros y objetos decorativos. Cada balda debe medir, como máximo, 1 metro, para resistir el peso.
Iluminación: Por fuera. Si la librería tiene varios cuerpos lo ideal es que cada uno tenga un aplique dirigible. La luz ideal para ver bien los libros es blanca e intensa.