20 salones para inspirarte

Si combinas dorado y blanco roto, tu salón será el centro de todas las miradas. La decoradora Ana Ros ha utilizado los destellos de la chimenea, el espejo con pan de oro y los muebles claros para crear un salón elegante y espectacular.

Un espejo antiguo, una consola y una butaca de almoneda. Pilar Sanchis, interiorista, ha querido acompañar la chimenea con piezas igual de personales, de anticuario y herencia, enmarcadas con pinceladas de gris azulado.

 El decapado aporta una pátina antigua y un plus de luminosidad. Las butacas Regency, la mesa de centro, la cómoda, el entramado de vigas y la tarima de madera se han decapado para darles esa textura desgastada en blanco roto.

La interiorista Asun Antó nos ha confesado su truco: con cojines y plaids de lana, en cálidos tonos mostaza y gris, conseguirás que un salón muy blanco y veraniego se transforme en un ambiente invernal, realmente acogedor. 

Paredes y techo de vigas se encalaron de blanco para dar mayor altura, ampliar el espacio y aportar luz. La chaise longue, la consola y la alfombra de yute lo convierten en un salón íntimo y cálido. 

Dos tonos que suman calidez en el salón. Los beiges y crudos de cortinas y sofás, y las texturas de las fibras vegetales consiguen que el blanco desnudo de techos y paredes encaladas no resulte demasiado frío.

Capturar la luz, atrapar la naturaleza e integrarla al salón, derribando tabiques y abriendo ventanales panorámicos. Y para ganar espacio y luz, los sofás se arrimaron a los paños de cristal. ¿Estás en el jardín o en el salón?

Acristalar el porche disfrutando del jardín todo el año. Así lo imaginó la decoradora Libia Bárcenas. Con el cerramiento ha ganado un salón transparente, gracias a las hojas de cristal plegables a hueso, sin perfilerías.

La interiorista Margara Haffer ha vestido las paredes del salón con un pintura a la cal y pigmentos naturales rosas deslavados. Este tono cálido y luminoso perfila la forma de los ventanales y juega con el resto de tonos salmón y caldera.

El tono gris azulado transmite serenidad a este ambiente, de Madelon Verheul, y matiza las texturas gruesas de las butacas de mimbre, la alfombra de coco y el suelo de barro.

Dos Chéster para charlar enfrentados junto a la chimenea dejando a la vista el capitoné gris del respaldo. Y para contrarrestar tanta formalidad, toques frambuesa en la mesa de centro y las cortinas, y un luminoso verde claro en las paredes.

La zona de tertulia se ha situado con los sofás en L, encarados hacia la chimenea y alrededor de una mesa auxiliar. Una solución que permite disfrutar del fuego y de la luz de los ventanales diseñados a ras de suelo.

El mueble perfecto para tumbarse, descansar o leer. Un estar informal con dos ambientes que pueden combinarse según el momento: uno ante la chimenea, con dos chaises longues y otro, de tertulia con sofá, butaca y puf.

Disfrutar de muros de mampostería o piedra natural… Josep Curanta, de Casas Empordà, recorrió durante semanas tiendas de derribo hasta dar con la piedra de pals: un sueño con el que vistió la pared de la vieja chimenea.

Usar varias texturas es un recurso para dar calidez a un salón rústico. La decoradora Marta Esteve combinó ladrillo, piedra y madera, y añadió tonos caldera y flores frescas.