Siempre partiendo de una base de color neutra dominada por blancos, grises, beiges o cremas, los salones de estilo nórdico admiten diversas mezclas de tonalidades.
Importante: Si eliges el sofá o el sillón en un color vivo, tendrás que decorar el resto de la estancia en una gama muy sosegada; si por el contrario apuestas por un mobiliario de tonos neutros, podrás jugar con los colores más intensos en textiles y objetos decorativos. La clave está en encontrar un equilibrio visual que jamás rompa la armonía.
Colores que triunfan en los salones nórdicos: Los tonos ocres y mostaza aportan calidez y alegría, piensa que se trata de colores que se relacionan con la tierra y, por tanto, con la naturaleza. Los verdes y los azules, o los tonos marrones y terracota, siguen la misma estela. También verás salones nórdicos decorados con acentos rosas y otras tonalidades empolvadas, una combinación que dulcifica y anima los ambientes. Igualmente, también puedes jugar con el clásico blanco y negro, aunque esta opción solo es apta para amantes del minimalismo en estado puro, ya que puede resultar algo seria.