Compartir habitación y lograr que esté bien organizada es todo un reto. En el dormitorio de Nora y Greta el punto de partida eran dos estancias contiguas separadas por una gran puerta corredera. Aunque los metros no eran problema, el objetivo era que cada una contara con su propio espacio para jugar y guardar. Lali Vayreda, del equipo de Dijous, se encargó de reorganizar el dormitorio. “Como los armarios que había estaban bien, decidimos aprovecharlos, aunque personalizamos sus frentes con unas placas que combinan fieltro con flores y pintura”. Entre los dos armarios se añadió un mueble con frentes de pizarra que guarda la colección de disfraces de las niñas.
“En el centro de la estancia ubicamos la zona de juegos, con dos mesas enfrentadas, y aprovechamos la esquina con una estantería para los cuentos. Por último ganamos espacio de almacenaje con unas baldas a lado y lado de la puerta corredera”, añade Lali.
En la zona de descanso se han alineado las dos camas. “Son más cómodas que unas literas, tanto para ellas como para los papás”. Y con cajones inferiores, el cabecero integrado y una zona de baldas en la pared, también resultan muy prácticas. Todos los muebles están realizados con DM lacado en blanco, “lo que nos permite unificar la decoración en ambas estancias y añadir las notas de color con textiles, juguetes y libros”
Guardar para dos
Duplicar muebles y funciones es el mejor modo de asegurar el orden y “la paz” en una habitación compartida. Si tienes espacio, planifica todos los muebles que puedas por dos (armarios, mesas...). Para que esté claro de quién es cada cosa, personalízalos. Usa sus nombres y colores distintos para identificarlos. Así, también refuerzas su personalidad.