Líneas rectas y colores neutros y suaves. Son el tándem perfecto para lograr que una habitación infantil no pase de moda y se adapte al paso de los años cambiando solo los complementos.
Hoy encontramos coches de juguete antiguos, animales salvajes en miniatura, pequeños peluches... Pero imagina que en su lugar, hay un patinete, libros, unos auriculares... ¿No lo ves raro, verdad? El secreto está en el estilo y el color utilizados. Los muebles de líneas rectas, en un suave tono verde, como las paredes, son capaces de adaptarse a las diferentes edades del niño con solo cambiar los complementos, como los textiles y los detalles. Una opción muy práctica y a la larga, económica. Este es un proyecto de Bona Nit.
Para guardar mucho y empezar a estudiar
A los pies de la cama, un armario de dos puertas con un módulo de estantes y cajones permite guardar la ropa de temporada y los zapatos. Para la zona de escritorio se han elegido muebles con estructura de metal y un aspecto vintage, como la mesa, en Bona Nit. Piezas resistentes y ligeras que ayudan a no recargar el espacio. Frente a la cama y también frente al armario las alfombras enmarcan el espacio destinado al juego.
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