La decoradora Gemma Mateos proyectó esta habitación como un refugio para que los pequeños de la casa pudieran disfrutar de su cuarto durante todo el día. La elección de una cama alta y en "L" contribuye a este fin: durante el día, la cama inferior se convierte en sofá. Y la zona central de la habitación, que se ha mantenido despejada, en zona de juegos. Adosado al murete que hace de separador del vestidor se ha dispuesto el rincón de estudio, con una original mesa empotrada que, al no tener patas traseras, es mucho más ligera. Al fondo de la estancia está el baño, con un armario empotrado a cada lado de la puerta.