Tener un niño es algo maravilloso, pero también genera muchos cambios: más gastos, decorar una habitación para él, nuevos horarios, nuevas dinámicas personales... Es importante que pienses en estos cambios a corto y largo plazo. Y en temas de decoración, es una buena opción el pensar en estructuras convertibles, que sirven para adaptar la habitación a medida que crece el niño y cambian sus necesidades, sin grandes gastos.
En esta bonita habitación, creada para durar, lo que es primero una cuna, se transformará en pocos años en una cama para el pequeño explorador de la casa. Además, el mueble cuenta con un nido, para cuando el peque tenga ya edad de invitar a sus compañeros de aventuras a quedarse a dormir.
La habitación se completa con una librería puente, que aprovecha los espacios altos y que incluye un detalle que a cualquier niño le chifla: ¡puertas de pizarra donde poder pintar amigos invisibles y monstruos mágicos!
Y para sus primeros añitos de vida, el colgador de tela y el carrito juguetero completan este conjunto de muebles blanco intenso con fina laca a la seda. Los textiles, suaves como la piel de un niño, son en lino, algodón y terciopelo.
¿Tienen tus hijos una pizarra donde pintar en la habitación? ¿Les gusta? ¡Cuéntanos sus experiencias en los Comentarios de este artículo! ¡Gracias!