El bebé crece: de 1 a 3 años
Todo empieza con una habitación de bebé incorporada en el dormitorio principal -el de los padres-, con una cuna colecho o individual. Pasados unos meses, aparece el dormitorio infantil para que el bebé aprenda a dormir solo: un reino de colores neutros en el que es primordial que haya, sobre todo, mucha paz. También se aconseja incluir una alfombra para gatear y los primeros juegos, un cambiador, y un sillón cómodo para los ratos de lactancia o la hora del cuento.
La etapa escolar: jugar, jugar (y primeros deberes)
Cuando el pequeño da sus primeros pasos es ideal colocar los muebles y accesorios a su altura y con todas las facilidades para jugar y aprender a su alcance. El comienzo del cole es otro momento crucial: las mesas y zonas para los momentos creativos son nuestros favoritos de esta etapa. Además, con la posible llegada de un nuevo hermanito, aparecen las literas, camas nido, o las ideas para compartir habitación. Cuando ya tienen edad de jugar solos (¡y nos lo exigen!) significa que también han llegado a casa los momentos de hacer deberes. Un escritorio, una lámpara, una zona de lectura: todo ello facilitará la vida de tu hijo y el hábito de estudio.
Adolescencia: amigos y zonas de estudio
Las habitaciones juveniles son otra de nuestra perdición. Durante la adolescentes empieza el gusto por decorar según el estilo de cada uno. Fotos, cuadros, láminas… ¡su gusto se percibirá en cada rincón! Una zona de estudio bien habilitada para preparar sus exámenes es otro imprescindible. ¡Ah! y cómo no, una cama nido es ideal para la visita de amigos. ¿Quieres verlo? ¡En esta galería lo tienes to-do!
Montessori y la decoración
El método Montessori, además de una pautas educacionales, también tiene su apuesta particular en lo que a decoración y mobiliario infantil se refiere. Si eres fan de esta metodología que apuesta por el autoaprendizaje a través del juego y la educación libre, (¡o simplemente tienes curiosidad!) a continuación te explicamos cómo aplicarlo al dormitorio infantil.
- Según el método Montessori, todo debe estar adaptado al bebé y a sus capacidades, es decir: juguetes y libros a su alcance, en estanterías a su altura, cestas en el suelo...
- Fuera peligros: según esta metodología no debe haber nada con lo que el niño pueda hacerse daño. Nada de objetos punzantes, y, si es posible, que la madera sea el material principal de la estancia.
- Pocas cosas: sobre todo, esta filosofía educacional apuesta por no atiborrar la habitación de muchas cosas. En las paredes, con un par de láminas decorativas es suficiente y los colores, mejor neutros para tener un dormitorio más sereno.
- Juguetes a la vista: Montessori confía en el autoaprendizaje del bebé, es decir, que estén las cosas a su alcance para que él mismo las pueda coger, tocar y experimentar.