Se acerca la llegada de un nuevo miembro de la familia. Así que si tenéis el típico excel que refleja los gastos mensuales, preparaos porque se va a disparar. Pañales, juguetes, ropa, toallitas (¿cómo se puede vivir sin toallitas?) y un largo etcétera. Y luego están los muebles y demás accesorios: tronas, cochechitos, cunas, cambiadores... Por suerte, existen los muebles evolutivos que se adaptan a lo largo de su infancia y te ayudarán con el bolsillo (y con el excel).

Podríamos hacer una analogía entre los muebles y los chupetes. Cuando somos padres primerizos, si el chupete roza el suelo vamos corriendo a esterilizarlo; con el segundo hijo, lavamos el chupete con agua; y con el tercero y cuarto..; simplemente miramos si está muy sucio y hacemos un amago de soplar para que vuelva a estar limpio. Lo mismo ocurre con los muebles: con la llegada del primer bebé en casa nos imaginamos una habitación ideal para nuestro retoño, con todo lo que necesitará él y nosotros para cambiarlo, acunarlo... Cuando llegan los demás hijos nos damos cuenta que hay muebles que son un armatoste y tienen una vida limitada, que necesitamos espacio y facilidades para no estar cada dos por tres haciendo cambios en su habitación.
El mundo de la puericultura se ha puesto las pilas y han conseguido atender las necesidades de padres e hijos. Gracias a los muebles evolutivos ganamos en comodidad, funcionalidad y ahorro. Son prácticos y pueden durar muchos, muchos años, así que son una muy buena inversión (acordaos del excel). Además, no van en absoluto reñidos con el diseño. Cunas que se convierten en camas y en escritorios para cuando sean mayores, tronas que luego pueden llegar a convertirse en una silla para cuando se alquile su primera casa... Suena lejos, ¿verdad? Pues el tiempo vuela, así que a disfrutad de los niños y ¡de los muebles!
Y si quieres también disfrutar del orden, no te pierdas estos trucos.