Rutina, hábito y esfuerzo. A cambio el resultado es satisfacción, orgullo (por haberse aplicado) y un buen trabajo. Pero, si a los adultos nos cuesta concentrarnos, a los niños también, sobre todo después de haber estado 8 horas en la escuela.
Sin embargo, en ocasiones, resulta imposible no tener que dedicar un tiempo al estudio: deberes, exámenes, preparar presentaciones o trabajos... Y para estar concentrado debemos trabajar en un ambiente propicio.
Por eso, desde el punto de vista decorativo te ofrecemos los consejos que nos ha dado Lara Gómez, psicóloga de Aprende en Positivo, para ayudar a nuestros pequeños vástagos a pasar algunas tardes estudiando.
Un proceso evolutivo
La concentración se debe incentivar desde pequeños. Por eso, es importante tener un rincón dedicado al estudio o cuando son pequeños tener una mesita con sillas para pintar o jugar o incluso una butaca para poder leer. De ese modo, el niño "reconoce un espacio para meditar, reflexionar y estar tranquilo. Además ayuda a potenciar su propio control y a identificar su estado emocional", explica la psicóloga. A la larga, el niño identificará ese rincón como su propio espacio, donde puede estar tranquilo y cuando llegue la hora de hacer los deberes ese lugar será el idóneo porque ya le transmite tranquilidad y le ayuda a concentrarse.