Nervios e ilusión a partes iguales. Son los causantes de las mariposas que sienten en el estómago las gemelas María y Berta y su amiga Violeta ante la llegada de Papá Noel. Y para una noche tan especial, nada mejor que organizar una fiesta de pijamas. Con suerte, alguna le oirá deslizarse por la chimenea de madrugada. Aunque faltan unas horas, ellas lo tienen todo preparado. Así (y aquí) vivirán ellas su noche más esperada del año...
Como una nube de algodón
Junto a la cama –una litera en forma de cabaña que han decorado con guirnaldas de piñas y estrellas– han ubicado el campamento base. Una tienda al estilo indio, confeccionada con linos antiguos por Olga Gimeno, responsable de la decoración de la habitación, que han rodeado de mantas y colchas para tumbarse a contarse historias de Navidad. “La idea era montar la habitación casi como si fuera una nube de algodón. De ahí, la presencia de muchos detalles de tul, mantas de pelo largo y tonos empolvados, como el blanco roto y el rosa viejo”, comenta Olga.
Una habitación con espacio para todo
En paralelo a la cama se encuentra la coqueta zona de tocador con dos armarios entelados donde María y Berta guardan su ropa. Y en el centro, una gran alfombra de lana en la que jugar a ser bailarinas o improvisar la hora del té. “Las dimensiones de la habitación permitían crear espacios diferenciados: por un lado, la zona de descanso con armarios y tocador; y en la habitación contigua, un estar con chimenea para dibujar y hacer los deberes que también cuenta con una gran librería y una cómoda”, explica. Ambas estancias comparten decoración en blanco roto y algunos elementos destacados en verdigrís, como la chimenea, la cama o la zona de tocador. “La chimenea original era marrón y la pintamos en verdigrís para darle luminosidad y rebajar su peso visual”, dice Olga.
Lista para la llegada de Papá Noel
Está decorada con todo lujo de detalle: unos pompones de tul en cascada, un corazón de DM y tela y una pequeña ciudad de cajas de cartón iluminadas. Para que Papá Noel no pase de largo, en la repisa ya cuelgan los calcetines de lana acompañados por unos renos. Y en la mesa de centro, las niñas, sentadas en sus colchonetas, ultiman las tarjetas que dejarán junto al pastel que tienen listo para que Papá Noel reponga fuerzas en la noche más atareada del año. En cuanto oscurezca, María, Berta y Violeta saben que deben irse a la cama. La magia de la Navidad está a punto de empezar.