Master Class de decoración como un experto: Decorar el salón con matrícula de honor

Usa el sofá para dividir estar y comedor. Un mueble arrimado a la pared te servirá de almacenaje.

"Ten en cuenta las zonas de paso naturales de distribución para poner los muebles. Es decir, si en el salón hay una terraza o una puerta de acceso a otras estancias, no las bloquees, déjalas despejadas", apunta Mar Marcos.

Si tienes pocos metros, es mejor colocar solo un sofá o uno rinconero arrimado a la pared, nunca tapando el balcón. Ponlo mirando hacia la entrada, así el espacio parecerá más amplio.

Si tienes espacio, puedes colocar dos sofás enfrentados: piensa que necesitarás un salón con al menos 3,5 m de ancho y deberás respetar las zonas de paso. "En nuestro estudio nos encanta cerrar la zona en torno a la mesa de centro con un par de pufs. Son ligeros visualmente, económicos y añaden plazas de asiento en caso de visitas. Además, son muy decorativos", propone Natalia Zubizarreta.

En un salón grande: un sofá rinconero o dos en 'L' con una mesa auxiliar entre ellos, combinados con orejeros o butacas y una mesa de centro para la zona de tertulia. 

"Si el presupuesto y el espacio lo permiten, te aconsejo una librería a medida de suelo a techo, ya sea de madera lacada o de Pladur. Este tipo de muebles aportan mucho nivel al salón y con un fondo de 35 cm podrás poner la mayoría de libros", sugiere Zubizarreta.

Las alfombras ayudan a separar visualmente el estar del comedor. Elígelas de tonos claros, sobre todo en salones pequeños, de materiales naturales –la pisada será más agradable–, y con tratamientos antimanchas. ¿Un truco de estilista? Poner dos, una sobre otra

Puedes aprovechar mejor el espacio con muebles a medida en el perímetro de la estancia, "como si fueran una extensión de las propias paredes", dice Marcos.

Importan porque ocupan un espacio del salón comedor. Lo ideal es colocarlos debajo de la ventana –algo que además evita las pérdidas de calor–, cubrirlos con un cubreradiador del color de las paredes para disimularlos o ubicarlos en puntos poco visibles. Conviene evitar colocarlos detrás del sofá, ya que el calor puede estropear la tapicería.