Si necesitas renovar el mobiliario de tu estudio de trabajo piensa antes en lo que necesitas realmente. Una silla que te recoja la espalda y puedas sentarte cómodamente durante toda la jornada laboral será básica. Invierte en ella. Invertirás en salud y a la vez, rendirás más porque no te cansarás tanto. Lo mismo sucede con la luz. Si puedes trabajar con luz natural, tu vista se cansará menos. Y la mesa... no quieras una pista de aterrizaje. Piensa qué necesitas poner en ella: ¿el ordenador? ¿el teléfono? ¿un calendario? Cuando lo tengas realmente delimitado, compra la mesa de las dimensiones que te permitan tener esos elementos, pero no más grande; si la elijes demasiado grande, correrás el peligro de llenarla de cosas inútiles o de que los demás la vean como el lugar ideal para dejar mil y un bártulos.
Y ahora... ¡manos a la obra! Prepárate para rendir, no al 100% sino al 120%.