Que los propietarios tuvieran clarísimo que querían una cocina blanca fue una gran suerte porque, aunque veamos estos grandes ventanales, su orientación impide disfrutar de la luz directa del sol. Con este punto de partida, Chone de la Sotilla y Berta Olivella de Deulonder, pudieron empezar esta lección de cómo dar estilo a un espacio blanco y neutro.
A la americana
Sí, todo tiene un aire americano. Una gran isla y una gran campana ayudan a crearlo. "Tenemos una familia amplia que le da mucho uso a la cocina y que necesita que todo sea muy práctico, por eso elegimos este suelo porcelánico que imita al hidráulico: le da mucho carácter, delimita la cocina y contrasta con el parquet de roble".
Los toques de negro que anuncia el suelo destacan también ese diseño tan especial y único que han realizado en la campana.
Al otro lado de una zona de paso nos encontramos con el office. "Funciona como comedor casi siempre, por eso intentamos recogerlo al máximo", nos cuenta Chone.
Blanco, negro ¡y madera!
Aunque las paredes y los muebles más de almacenaje siguen siendo blancos, cuando salimos de la zona estrictamente de cocinar, el suelo nos avisa del cambio. Y la madera también aparece en la mesa y las sillas para dar calidez a esta zona de office. También suman calor un abuso poco habitual en las cocinas del tapizado: en las sillas, el banco, los cojines...
Las telas fueron a capricho de los propietarios que querían unas rayas que siguen en el banco este juego bicolor de toda la cocina.
Las lámparas en la isla y el office nos quieren recordar también este sueño americano hecho realidad.