Cómo es el dormitorio perfecto: 35 básicos que necesita el tuyo

Pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, así que mejor que la cama sea lo más cómoda posible. Antes de adquirirla, prueba siempre el somier, el colchón y la almohada porque ellos te garantizarán un descanso reparador. 

Los cabeceros de cama definen, en gran medida, el estilo del dormitorio. Puedes elegir un modelo tapizado, de madera, hierro forjado o fibras naturales, optar por un mueble que integre mesillas de noche y repisa o, si lo prefieres, seguir la tendencia de los cabeceros XL revistiendo la pared con madera o papel pintado.

Si has dedicado un montón de tiempo para ver y probar un colchón viscoelástico o de látex que respete la curvatura natural de tu columna vertebral, ¿por qué no hacer lo mismo con el canapé? Elige modelos con capacidad de almacenamiento, ya sean abatibles o con cajones y, sin querer, habrás solucionado otro de los problemas del dormitorio: el orden y la organización. 

Si no puedes poner un cabecero, porque no te cabe, o no quieres que este sea al uso, una tendencia es convertir la pared en la que se apoya la cama en un maxi cabecero. ¿Cómo? Revistiéndola con papel pintado (si lo eliges con textura textil darás un plus de confort visual y calidez) o decorándola con molduras, como se ha hecho aquí. 

¿Quieres que tu habitación tenga luz natural e intimidad al mismo tiempo? Elige unas cortinas para el dormitorio en tonos neutros y lo lograrás. Elígelas más o menos tupidas –de lino, chenilla o terciopelo– y ponlas dobles o sencillas, según la cantidad de luz que desees que entre. Eso sí, siempre que descansen holgadamente en el suelo unos 5-10 cm más.

Con la pared del cabecero ocurre un poco lo mismo que con la pared del sofá: tiene tanto protagonismo que a veces preferimos no arriesgarnos y la dejamos al desnudo. No temas decorarla con cuadros, láminas o una composición de fotos. Incluso desde el Feng Shui lo recomiendan: decorar las paredes con cuadros o fotos es una manera de dar equilibrio al conjunto y evitar que la energía fluya solo por abajo. 

Tanto si pintas como si optas por el papel pintado —este mejor solo en la pared del cabecero—, escoge tonos que favorezcan el descanso: grises cálidos, verdes agua, beis... La interiorista Marta Prats ha elegido para este dormitorio un papel estampado con motivos naturales, de absoluta tendencia. 

Además del papel pintado y la pintura, puedes elegir un arrimadero a media altura como revestimiento. Protegerá la pared, te aislará del frío y dará un toque de elegancia a tu dormitorio. Este en blanco con molduras lo han diseñado Asun Antó y Anna Ortiz.

La iluminación en el dormitorio es súper importante. Evita una iluminación general cenital, puede ser molesta una vez tumbada en la cama. Además, iluminará toda la habitación de manera uniforme, resultando demasiado plana. Una buena opción es recurrir a una iluminación difusa para crear ambiente: tiras de leds tras el cabecero, una lámpara de pie, etc. En cualquier caso, apuesta por leds cálidos, de unos 3.000ºK. 

Si tienes la costumbre de leer en la cama antes de acostarte, conviene que planifiques una iluminación para esta función. Lo ideal es contar con una luminaria direccionable, como la de este dormitorio proyectado por Natalia Zubizarreta. Lo habitual es que vayan empotradas en pared y nos permitan llevar la luz a la zona donde necesitamos. Es muy importante apantallar la fuente de luz, para evitar que nos deslumbre, y elegir un led con apertura entre 20º y 38º. 

En los últimos años hemos visto proyectos de dormitorios donde las mesillas de noche se presentaban, sobre todo, integradas en el cabecero. Si quieres estar a la última, elígelas de madera y si pueden ser antiguas, mejor.

¿Que tu dormitorio es pequeño y no entran dos mesillas? Entonces los modelos integrados serán perfectos para ti. Inspírate en esta de la imagen: volada, en blanco y formando parte del cabecero. ¡Súper práctica y decorativa!

Pregúntate qué debes guardar y planifícalo para que nada quede apretado ni en el fondo. Solo nos ponemos lo que vemos y mantenemos el orden si no apilamos. Si quieres que el armario no te robe espacio visualmente, empótralo si puedes y si no, que sea blanco o del mismo color que la pared para camuflarlo. 

Grande o pequeño, tener un vestidor en el dormitorio puede ser un sueño hecho realidad. Detrás del cabecero, a los pies de la cama, en una habitación contigua al dormitorio... Tampoco necesitas demasiado espacio para disfrutar de uno. Solo toma medidas y pon tu ingenio a funcionar. Eso sí, una vez lo tengas, manténlo bien ordenado. ¿Quieres ideas para crear vestidores pequeños?

¿Cómo puedes conseguir una cama de revista? Con ropa de cama de medidas generosas. Para un colchón de 150 cm, elige una sábana encimera de 240 x 280 cm y una funda nórdica o un edredón de 240 x 260 cm.

Dormirás como un bebé si vistes la cama con tejidos naturales, como linos y algodón. El algodón es perfecto tanto en verano como en invierno. Permite que circule el aire, son frescas, suaves, absorben la humedad y evitan las reacciones alérgicas en la piel. En cuanto al lino, es más indicado para el verano. Es muy popular por sus propiedades hipoalergénicas y su capacidad para regular de manera natural la temperatura de la cama. Sin embargo, pueden resultar algo pesadas y tienden a arrugarse. 

¿Cuál es la alfombra ideal para el dormitorio? Un modelo XL que cubra toda la superficie de la cama, sobresaliendo 1/3 por los laterales y los pies. En cuanto a los materiales, de lana o algodón, y de pelo largo para una pisada más gustosa. Las alfombras con estampado geométrico son tendencia.

Cambia sus fundas según la temporada para darle al dormitorio un aire más cálido en invierno o más fresco, en verano. Y si te preguntas cuántos cojines decorativos poner, te diremos que lo más aconsejable es colocar tres en cada puesto de la cama. Eso sí, de diferentes tamaños para que recojan bien la espalda y las lumbares cuando estamos sentados en ella.

No es ningún secreto que en El Mueble nos gustan las camas mullidas y gustosas. Y la ropa de cama es un gran aliado. Pero no debemos olvidarnos del poder de los plaids y las mantas para suavizar la "dureza" de la cama. Colócalos de manera "descuidada" a pie de cama, como si diera la sensación de cama deshecha, y suavizarás las líneas rectas del pie de cama y haciéndola más apetecible. 

Los habrás visto infinidad de veces en nuestros reportajes. Y es que nos encantan los bancos a los pies de la cama. De madera, tapizados o de fibra, son ideales para calzarse y descalzarse y si los eliges con capacidad de almacenaje en su interior te vendrán fenomenal para guardar almohadas y ropa de cama.

Si dedicas unos minutos a leer por la noche antes de dormir, es lógico que quieras tener tus libros a mano. Unos estantes de madera serán suficientes para complacerte. Ubícalos cerca de la cama, como estos lacados en blanco, a ambos lados del cabecero. Junto a los libros, coloca objetos deco para darles dinamismo.

¿Por tu dormitorio entra el sol a media mañana y te encantaría sentarte, cerrar los ojos y relajarte unos minutos? ¡Ponle remedio y coloca una butaca pequeña y cómoda cerca de la ventana! Utilízala para leer, descansar o como práctica descalzadora. Además de práctica, sus diseños son súper estilosos con lo que su presencia dará personalidad al dormitorio.

Si reservas un espacio en el dormitorio para poner un coqueto tocador tendrás tus piezas de bisutería, cremas, perfumes y demás productos de aseo personal a mano. Elige un modelo ligero, mejor con silla que con taburete para que estés cómoda y un espejo fijado en la pared o apoyado en la mesa.

Los armarios o soluciones para guardar nunca sobran en casa. Por eso merece la pena aprovechar el espacio debajo la ventana con un mueble a medida, ya sea una cajonera, un práctico mueble zapatero, como este, o un banco a modo de rincón de lectura. 

Tener una cómoda con cajones es la opción más práctica para guardar la ropa interior, la ropa de cama, los complementos... Decora su superficie con objetos en madera y cristal. Fíjate en los que visten el sobre de este modelo: un espejo, un jarrón con flores, marcos de fotos, una lámpara de sobremesa... ¡Perfectos!

Es un complemento al que no le solemos prestar mucha atención, pero tener un perchero, un colgador de pared o un galán en el dormitorio donde poder dejar la ropa contribuye y mucho al orden. Si cuentas con un banco a pie de cama, puedes usarlo también para este fin. 

Una de las formas más fácil de darle alegría y color es colocar un ramo de flores. No hace falta que llenes todo el dormitorio, un pequeño arreglo de tus flores favoritas será el mejor ambientador. Ubícalas en la repisa del cabecero, la cómoda, el tocador o en la mesilla de noche, como ha hecho aquí la interiorista Lucía Mariñas.

Un espejo de cuerpo entero en el dormitorio resulta muy práctico para verse de pies a cabeza una vez nos hemos cambiado. Si eliges un modelo multifunción, con espacio para guardar joyas y accesorios o, como este, con perchero, tendrás un práctico dos en uno.

¿Qué te parecería ducharte, arreglarte y vestirte en la misma estancia? Desde luego más cómodo, imposible. Los baños integrados en el dormitorio nos parecen súper prácticos. Mejor, si ambas estancias están ligeramente separadas por una puerta de cristal, un murete a media altura o tras el cabecero para garantizar así la intimidad. Si se ve algo del baño desde el dormitorio, procura que sea la bañera o el lavabo; nunca el inodoro.

Sí, los cestos en un dormitorio de El Mueble son un básico. ¡Y lo de útiles que resultan para guardar los cojines decorativos antes de acostarnos! Pero además de ser un práctico contenedor, son complementos decorativos por sí solos. Si quieres darle un plus de calidez al dormitorio, apuesta por unos de fibras vegetales. 

Como ya sabes que tener plantas en el dormitorio no resultan para nada perjudiciales, coloca una de tamaño XL en un rincón alejada de la calefacción. Incluso hay algunos ejemplares que te ayudarán a conciliar el sueño, por ejemplo el aloe vera y la sansevieria que emiten oxígeno por la noche, o la lavanda y el jazmín cuyo aroma tiene propiedades relajantes.

Si quieres iluminar el armario desde el interior, hoy en día existen múltiples soluciones que no requieren ni instalación y puedes adaptarlas fácilmente a tu armario. Las más habituales son las regletas de leds, que se ocultan bajo las baldas y permiten iluminar desde arriba la ropa, o las luces leds redondas, que ocupan más que las anteriores. En ambos casos los hay magnéticos o que se instalan mediante adhesivo.   

Un armario corredero es la mejor opción si tu dormitorio pequeño, porque puedes reducir hasta los 45-50 cm el espacio libre que debes dejar frente el armario. Pero para que sea cómodo y puedas colgar la ropa sin que se enganche con las puertas, deberás respetar los 60-65 cm de fondo del hueco del armario. Si es menor, puedes plantearte las barras de colgar en perpendicular. 

Es básico que el armario cuente con una buena iluminación, ya sea desde el exterior o integrada en el armario. Si optas por una iluminación exterior, basta con unos focos empotrados o de superficie colocados a unos 30-50 cm frente el armario. Lo ideal es que sean orientables, para dirigir el haz de luz a la puerta del armario. Elígelos con una apertura entre los 60º y 120º: así evitarás los molestos claroscuros en esta zona. 

Tengas un gran vestidor o simplemente un armario, será clave organizarlo bien. Y es que la mejor manera de optimizar el armario es planificándolo con soluciones específicas para tu ropa. ¿Tienes muchas prendas largas? Destínales un espacio, así te aseguras que no se arruguen. ¿Eres más de doblar que colgar? Apuesta por las baldas y colócalas a un máximo de 45 cm entre ellas, así evitarás hacer pilas demasiado altas.