Hombre, el espacio cuenta. No te vamos a engañar. Pero aun sin tener una buhardilla digna de los Alpes o una suite con baño de 5* GL, puedes conseguir que tu dormitorio gane máximo confort y estilo. ¿Las claves? Las tienen estos 4 dormitorios que han arrasado en las redes. ¿Las vemos?
Una caja muy natural
Quizás no tengas un techo abuhardillado, ni mires por la ventana y veas el Montblanc, pero puedes conseguir la misma calidez con los revestimientos. ¿Ideas? Lamas de madera para la pared del cabecero, arrimaderos, papel pintado con textura (parecen telas) para las paredes, pintura a base de pigmentos naturales en tonos blancos rotos, arenas... Y para el suelo, alfombras mullidas. Lo mejor, una XL debajo de la cama y saliendo por los costados. Deja libre la zona que quedaría bajo las almohadas y hazla salir por los pies.
Filtra la luz con cortinas de tejidos naturales y apóyala con lámparas colgantes, de sobremesa y pie, con LEDs de temperatura cálida.
Y el truco mágico de las estilistas
¿Cuál es? Una ropa de cama bien elegida, porque no hay dormitorio bonito, sin una cama mullida. ¿Y cómo se consigue?
1. Volúmenes, sí / Ángulos, no
Una cama mullida es una cama sin aristas. Huye del look de cama de hotel con su superficie totalmente lisa y estirada, y un pie de cama, con la colcha cayendo recta por cada ángulo. Aquí se trata de buscar volúmenes y curvas, antes que rectas: colchas, bouties o nórdicos mullidos, plaids para acompañarlos, cojines...
2. La arruga es bella
Y en la cama, también. Huye de las sábanas estiradísimas, sin una sola arruga. Y opta por algodones y linos. Son tejidos naturales que, incluso con ligeras arrugas, quedan estupendos.
3. Táctica cebolla
Vamos, a capas. Una cama con varias capas, es una capa que consigue el volúmen del que te hablábamos antes y, además, ofrece sensación de confort. Un nórdico con su funda y una segunda sábana para vestirlo más, y un plaid cubriendo dos tercios de la cama desde los pies, son un trío que siempre triunfa.
4. "Cojinízala". A parte de las dos almohadas, añade un par de cuadrantes y dos más pequeños. Combina tejidos distintos que coordinen en sus tonos y aprovecha para elegir algún tejido con volumen: lana, crochet, aterciopelado...
5. Y no olvides el color. Se lleva. Ocres, terrosos, verdes musgo... En el plaid, en los cojines, en la funda nórdica... Incluso siendo un fanático del blanco, puedes dar un toque de color: opta por arenas suaves o grises pálidos; darán un ligero toque al blanco y harán que este todavía resalte más.