Es lo último que ves cada noche y lo primero, al despertarte. Si hace tiempo que tienes la sensación que vives en un bucle como Bill Murray en El día de la Marmota, empieza por renovar tu habitación y darle un toque diferente con estas 11 propuestas. Muebles a medida, trucos para ampliar los metros y la luz, y los colores que te garantizarán un descanso de cine.
1. Todo al blanco
Aprovecha la luz que entra por el gran ventanal y apuesta por el blanco en pared y tejidos para ganar sensación de amplitud. El cabecero a medida con 30 cm de fondo es la opción perfecta para conseguir un almacenamiento extra.
Utiliza la repisa para poner libros y objetos decorativos. Este diseño de DM lacado de la decoradora Cuqui Olmedo incluye dos mesillas suspendidas con bandejas extraíbles y cajones. El papel japonés de la pared del cabecero aporta calidez a la propuesta.
2. Adiós mesilla de noche
¿Qué te parecería sustituir la mesilla de noche por una cómoda de estilo envejecido? Ganarías mucho más espacio para guardar ropa y lo tendrías todo en su sitio. Inspírate en las imágenes que encontrarás en la galería.
3. Rayas verticales
Si el techo del dormitorio es bajo o quieres que parezca mucho más alto alíate con las rayas verticales. El papel pintado es una opción perfecta para conseguir esta sensación, además de muy fácil de aplicar. Dará un nuevo aire a tu dormitorio en un abrir y cerrar de ojos.
4. Tres por uno
Cabecero, estantería y mesilla, todo en un mismo mueble. Esta opción es ideal para dormitorios pequeños que necesitan aprovechar al máximo el espacio y donde cada centímetro cuenta.
Realizado con madera de roble, da calidez a la zona de descanso decorada en blanco y gris. Y para la pared del cabecero, unos cuadros y litografías enmarcados y dos luces de mesa completan el conjunto.
5. Juego de contrastes
Saca a relucir tu lado más oscuro y pinta la pared del cabecero de gris. ¡Atrévete! Eso sí, compensa este tono con otros más claritos en los muebles y ropa de cama o carpinterías y techo en blanco, como verás en la galería de fotos.
6. Aristocracia renovada
¿Siempre has soñado con tener una cama con dosel como si fueras María Antonieta? Ahora es tu oportunidad. Si tienes un techo alto y una habitación amplia, puedes decantarte por una estructura más voluminosa en madera e incluso con cortinas o visillos. Si tu dormitorio es más bien normalito, elige una estructura más liviana, de madera fina o hierro forjado.
7. Baño a mano
¿Tu dormitorio es grande? Conviértelo en un templo del relax. Si tienes espacio suficiente coloca una bañera en un rincón inspirándote en los elegantes boudoirs franceses, salvando las distancias claro. Puedes colocar un pequeño murete a media altura que separe ambas zonas y que haga las veces de cabecero por un lado y pared de la bañera por el otro, donde esconder las tuberías y colocar la grifería. Así además aprovecharás la luz natural que entre por la ventana del dormitorio para tus sesiones de baño relax.
8. Glamour enmarcado
El glamour se tiene o no se tiene, pero en casa lo puedes conseguir si quieres. Atrévete con un hueco en la pared del cabecero y un papel pintado en azul oscuro; pueden ser tus apuestas para ganar encanto y darle el protagonismo que se merece a la cama. Elige tonos en blanco y beige para paredes, ropa de cama y tapizados de lino y algodón. Te aportarán calidez y luminosidad en toda la estancia.
9. Como Heidi
Esta sería posiblemente el dormitorio de Heidi si siguiera viviendo en los Alpes en la actualidad. Techo, paredes, suelo, cabecero... en esta estancia la madera lo envuelve todo y aporta calidez.

Un auténtico refugio. Ropa de cama de Filocolore, Matèria, Patchmon y Lu Ink. Mesillas en La Cabana d'Aran.
Para ganar amplitud, la arquitecta Cristina Carbonell ha blanqueado el pino de las paredes y el techo y ha construido un cabecero a medida que delimita la zona de descanso y el vestidor. Dos ligeras mesillas de metal y dos flexos completan la propuesta.
10. Sombra aquí y sombra allá
Un armario de espejos puede ser una buena solución si cada mañana vives una competición en casa para ocupar el baño. Verás como te ves mejor con la luz natural que entra por la ventana e inunda cada rincón gracias a los espejos. La estancia gana calidez con los muebles de madera, la alfombra de fibras y la mezcla de tonos tostados y blanco.
11. Una biblioteca íntima
Tienes libros por todas partes y ya no sabes dónde guardarlos, ¿verdad? Pues una muy buena opción es aprovechar una de las paredes del dormitorio para crear una librería a medida. La clave es mantener el orden, colocar los libros con estilo y no atestarla. ¡Tendrás un dormitorio muy ilustrado!