Práctica, amplia y luminosa, pero sobre todo con la calidez de las cocinas de antes. Un espacio lleno de encanto que combina la última tecnología con lo mejor de la tradición.
Tenían que conseguir una cocina que combinara la última tecnología culinaria y un aire nostálgico. Una mezcla que, según explica la interiorista Lluïsa Deulonder, de Deulonder Arquitectura Domèstica, consiguieron “buscando el punto artesanal con bisagras vistas, tiradores de uñero, muebles a medida inspirados en unas vitrinas belgas muy estrechas para poner vajilla, y con el color, que se trabajó a conciencia hasta crear este delicado tono celadón”.
Detalles muy prácticos
Conseguir el look romántico no les hizo ceder practicidad. Todo se diseñó para hacer el trabajo más cómodo. Por ejemplo, “dispone de dos fregaderos: uno para los platos, con dispensador de jabón, bajo los armarios de la vajilla, y otro para limpiar los alimentos, en la isla de trabajo”. La larga barra del antepecho también resulta muy cómoda para tener a mano lo que más se utiliza. Y las vitrinas permiten dejar a la vista vajilla y alimentos, pero también guardar en sus cajones y armarios cerrados lo que, a la vista, daría sensación de desorden. Incluso se pensó en un office para comer con más tranquilidad y una pequeña barra en la isla para desayunos rápidos. Detalles que cuentan para un día a día más práctico.
4 detalles con un aire nostálgico
1. Toques retro: Como las bisagras vistas de los armarios, el mármol de la encimera y el antepecho, el mosaico hidráulico, el arrimadero, las molduras y la campana de obra.
2. Vitrinas
: De doble hoja, altas y estrechas, parecen antiguas alacenas. Los tiradores de uñero de los cajones también respiran el aire de antaño.
3. Madera
: En muebles, suelos y paredes. Incluso dentro de las vitrinas, con lamas pintadas de blanco, que aportan luz y un toque romántico.
4. Color
: El juego entre el blanco, el celadón y el suave toque verdoso de las paredes crea un espacio limpio, fresco y de aire campestre.