Una completa isla subraya el carácter central de esta cocina, abierta tanto al exterior como al salón y equipada con la tecnología más avanzada.
El lugar donde se situó esta cocina dice casi todo de su importancia. Unas grandes puertas correderas acristaladas la vuelcan al jardín y atraen las vistas del entorno natural y la luz del suroeste; por un extremo se comunica con el salón comedor y por el otro, con el porche. “Es un ambiente clave en la vida de esta casa, creada para una familia numerosa a la que le gusta recibir invitados”, señala Ivan Cuní, de LB Leopold Bautista de Bulthaup Girona i Blanes.
La gran isla potencia esta posición privilegiada de la estancia. “Es muy grande, 286 x 123 cm, y concentra toda la actividad. En la parte interior reunimos las zonas de fuegos, aguas y preparación. Los que trabajan aquí lo hacen mirando al jardín. En el lado exterior pusimos la barra de desayunos de roble y una superficie de apoyo, útil para aperitivos, por ejemplo”, explica Ivan. La pared interior se destinó al almacenaje, con frigorífico, congelador y despensa, y también a los hornos. El frente cuenta asimismo con una hornacina cuadrada con una encimera suplementaria. Los interiores están perfectamente estudiados para optimizar el espacio y la comodidad. Todo el mobiliario es laminado con cantos láser, un acabado de última generación en el que las juntas son casi invisibles.
“Quisimos reducir la cocina a lo esencial y conseguir una gran limpieza visual, por eso jugamos con el contraste simple del blanco caolín en la isla y el grafito en los armarios, el mismo color que la carpintería de toda la casa”, concluye Ivan.
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