Abrir la cocina tiene muchas ventajas pero, como cualquier obra, también tiene inconvenientes. Y es que no es solo tirar un tabique y listos, sino que hay que tener en cuenta otros aspectos como la manera de integrarla con el resto de decoración. Lo más fácil es hacer que compartan elementos como suelo, colores, materiales...
Otro de los temas que suele traer más cola es "esconder" lo menos bonito que tiene la cocina. Desde el posible desorden, de ahí la importancia de tener armarios para todo. El más demonizado es la campana que puede ocultarse en un armario o ser de sobre encimera. Eso sí, siempre tendrá que ser de calidad: primero, para evitar que olores y humos campen a sus anchas y, segundo, para que sea silenciosa.
Para el resto de electrodomésticos, lo mejor es panelarlos con los mismos frentes que los armarios y así integrarlos del todo.