Utilizar el comedor formal a diario puede resultar algo poco práctico y más aún cuando queda relativamente lejos de la cocina. Así que, si tienes un mínimo espacio en la misma cocina, te animamos a que apuestes por un office. Si ya tienes uno pero te aburre su estilo pasado de moda o resulta incómodo, entonces es el momento de un cambio de look y diseño.
En esta galería encontrarás hasta diecisiete offices tan conscientes de las buenas ideas que aportan, que ellos mismos se dejan copiar. Toma nota de cómo han distribuido el espacio para aprovechar cada rincón, cómo han añadido soluciones de almacenaje y orden y, además, cómo han sabido sumar encanto y estilo.
Situación estratégica
El mejor lugar donde colocar un office es junto a la ventana. Además de disponer así de una mejor iluminación con una fuente de luz natural, aquí aplica la lógica: las mesas de comedor tienen unos 80 cm de alto aproximadamente, por lo que no obstaculizan el paso de la luz hacia el resto de la cocina, en la que habitualmente sí hay armarios de pared que podrían impedir su máximo aprovechamiento.
Si, además, puedes colocarla junto al aparador, la alacena o la vitrina en la que guardas el menaje y accesorios como manteles, platos o cristalería, los tendrás siempre a mano cuando pongas la mesa.
No te quedes sin asiento
Una buena opción para conseguir el máximo número de asientos posibles es sustituir las sillas por un banco, solo a uno de los lados, en forma de L o de U. Así podrás acomodar a más gente alrededor de la mesa cuando lo necesites. Un truco: coloca bancos con hueco en el interior y aprovéchalo para almacenar y guardar de todo: desde cojines, hasta plaids, juegos de mesa...
Comodidad, que no falte
Sobre todo si las sillas son plegables o el asiento es un banco no olvides colocar colchonetas o cojines para que resulte mucho más cómodo. En el centro, cuelga una lámpara de techo para que esta zona de comedor quede bien iluminada. Con las luces de la cocina no basta. Por supuesto, si quieres que se vea más amplio y luminoso, apuesta por el blanco en paredes, cortinas, muebles y también tonos claros en la mantelería y la vajilla.
Bien integrado
El office no puede ser un añadido hecho desde cero, sin tener en cuenta el contexto en el que se encuentra: la cocina. Para que resulte agradable su look tiene que ser coherente con la cocina y aquellos espacios a los que queda abierto. Misma paleta cromática, madera en un tono uniforme, detalles del mismo estilo... ayudarán a que el office quede perfectamente integrado.
En nuestra galería has visto 17 ejemplos de los que puedes sacar muchas ideas. ¿Con cuál de ellos te quedas?