Y más allá de todas estas claves, hay un plan de distribución que merece la pena tener en cuenta cuando proyectes tu cocina porque, si lo cumples, podrás trabajar con máxima comodidad y evitando movimientos extras innecesarios.
El plan infalible: el triángulo perfecto
Al cocinar hacemos siempre una misma ruta: vamos a la nevera y a la despensa, preparamos los alimentos, los lavamos y los cocinamos. Optimiza tus movimientos creando un triángulo imaginario: sitúa en cada vértice la nevera, el fregadero y la placa de cocción. El triángulo de trabajo funciona bien si no tienes obstáculos en medio (como alguna mesa o sillas) y puedes desplazarte cómodamente. ¿Y cuánto espacio debe haber para preparar la comida con comodidad? Un mínimo de 60 cm de encimera. Lo ideal es 120 cm.