El office es uno de los lugares de reunión más importantes de la casa. Esto no significa tener un gran comedor en la cocina, ¡ni siquiera hace falta una mesa! Una encimera volada, una barra o una superficie extensible camuflada en el mobiliario pueden dar vida a un office social. Lo esencial es que esté justo donde lo necesitas y dimensionado para el número de personas que lo usarán.
Diseñando un buen office
Más que metros, necesitas planificación. La idea es pensar el office al mismo tiempo que distribuyes la cocina. Entonces, es fácil idear un comedor ajustado a tus gustos y a tus metros, y alejado de los fogones para evitar humos y olores. Es útil colocarlo cerca de la zona de aguas y del almacenaje de la vajilla para facilitar el día a día. Y próximo a una entrada de luz natural (propia o de otra estancia), para modelar un espacio amable donde tu familia o tus amigos disfruten mientras tú cocinas.
Toma medidas
- Por persona. Cada comensal necesita 60 cm de ancho (que es lo que se ocupa sentado). Así que para 4 personas adquiere una mesa rectangular de 130x80 cm o una circular de 76 o 80 cm de diámetro.
- De ergonomía. Elige la altura del asiento según la de la mesa, para respetar, como mínimo, una distancia de 20 cm. O sea, asientos de 90 de altura (si el tablero es de 110 cm) de 80 (105 cm), de 63-70 (90cm) y de 45 (72-74 cm).
- Respeta el paso. Para poder circular, deja entre la mesa y la pared un espacio libre de 70 cm, y auméntalo a 85 cm (si hay un aparador) y a 100 cm (si hay un frigorífico). Un comedor para 4 personas necesita 6 m2 , y uno de 6, 8 m2.
Además de respetar las medidas y las distancias , piensa qué ambiente quieres (y necesitas), para escoger revestimientos, muebles y luces que, además de funcionales, te ayuden a crear ese estilo que buscas. Hay múltiples opciones. Pero, ¿cuál te encaja con tu espacio y con tu vida? Te damos varias opciones.
Un comedor independiente
Alejado de las zonas de trabajo, es ideal si sois 4 o más en la familia, sobre todo si hay niños, porque favorece el agrupamiento alrededor de la mesa. Se necesitan de 6 a 8 m2 extras, pero el espacio puede reutilizarse, cuando no se come, como zona de estudio, costura o juegos.
Lo mejor es ubicar la mesa en el centro y los muebles, vitrinas o aparadores, en las paredes. Pero si te faltan metros, pega la mesa a un muro y sustituye las sillas por bancos. Para delimitar el ambiente, basta una decoración diferenciada. La pintura y los vinilos decorativos pueden acotar el espacio y darle funcionalidad y carácter. Los muebles también. ¡Hoy lo práctico puede ser chic!
En cuanto a la luz, enfoca la mesa con una lámpara suspendida, pero regulable en intensidad y altura, para variar la luz según la actividad: intensa y a 0,60 m de la mesa para comer o estudiar, y suave y a 2,20 m del suelo en las sobremesas. Para crear ambiente, destaca las paredes con apliques o cajas de luz.
Una cocina americana
Abierta al salón, ya no es una solución para espacios mini, sino la opción estrella para los que viven la cocina con intensidad. Es verdad que, al unir cocina, comedor y salón, ganas metros (y un office para 4 cabe en 3 m2, y no 6 m2, porque las zonas de paso son de uso), pero el objetivo es evitar el aislamiento del cocinero, simultanear labores (mientras cocinas puedes vigilar los niños o ver la tele) y, sobre todo, abrir la cocina y el comedor a la vida. Eso sí, para que la idea funcione ataja humos y ruidos (sonoros y visuales). Además de una campana de gran poder de extracción (600-800 m3/h) y bajos decibelios (motor exterior o intermedio), elige electrodomésticos silenciosos e integrados-panelados en el mobiliario.
Situado entre la cocina y el salón, el comedor debe tener el mismo look de estos y hasta las mismas piezas. Las sillas del comedor pueden ser asientos extras para el salón. Y la lámpara -si es de pie, halógena y con brazo articulado y direccionable- puede iluminar tanto la mesa como el sofá. Las luces integradas en la arquitectura te ayudarám a modelar los distintos ambientes.
El office en península
Es un comedor híbrido, pensado tanto para el que come como para el que trabaja. Está separado de las zonas de fuegos y aguas, pero unido a la cocina al adjuntarse a la encimera (y hasta funciona como tal). Si empleas el mismo material y color en ambas superficies, unificarás los espacios. Y si son distintos -o de diferente cromática- crearás dos ambientes. Lo mismo ocurre al utilizar dos alturas. Adosa a la encimera de 90-105 cm de altura un tablero menos alto de 72-74 cm (y como mínimo de 38 cm de ancho) y dispondrás de una mesa donde preparar o desayunar.
En cualquier caso, para tener a mano tanto el menaje (platos, vasos y cubiertos) como los individuales de uso diario dispón cerca un aparador o una vitrina de unos 35-45 cm de fondo, que puedes iluminar interiormente, y así dotar a esta zona de un toque diferente.
Como luz general, basta la de la propia cocina, pero para la puntual dispón sobre la península dos o tres luces de techo descendentes en hilera, y regulables, para disponer de una luz intensa para comer o trabajar (desde preparar alimentos hasta planchar) a una más suave y tenue para una velada íntima.
Una isla en la cocina
Esta solución exige metros (15-20 m2) y anchura (4 m mínimo), pero ofrece al cocinero una gran libertad de acción. En ella, se puede integrar un office, y establecer una relación directa entre el que cocina y el que come, aunque las prioridades las marca el chef. Al ser un banco de trabajo, la altura ideal es la de una encimera (90-105 cm), así que para comer necesitas taburetes de 63 cm de alto, y a poder ser que se integren en el perímetro para dejar los pasos (90-150 cm) despejados. Lo mejor es proyectar una encimera en voladizo, con un hueco donde colocar las piernas al sentarse y esconder los asientos cuando no se usan.
Si la isla incluye zona de cocción, exige un ancho entre 160 y 180 cm, para contar con encimeras de 50-60 cm en los laterales. El fondo puede oscilar entre 140 y 150 cm, para una vez colocada la placa (52 cm) contar con márgenes de 20 cm a banda y banda para las salpicaduras y un espacio mínimo de 45 a 60 cm para el office.
Para el servicio del comedor, incluye cajones profundos para la vajilla y de menor fondo para cubiertos y manteles. E ilumina la zona de forma invisible, pero escenográfica, con proyectores orientables empotrados en el techo y que creen distintas secuencias de luz y color según el momento.
Una barra adosada a la pared
Con taburetes plegables o apilables, es suficiente para articular una zona para desayunar -y hasta comer- dos personas. Eso sí, elígela con un ancho mínimo de 120 cm (aunque mejor 130 cm) y un fondo de 35 cm (óptimo 45 cm). Y para que funcione como banco de trabajo, que tenga la altura de una encimera (entre 90 y 110 cm), esté realizada en un material resistente y fácil de limpiar, e incorpore un cajón para los cubiertos. El menaje lo puedes disponer en estanterías murales de solo 17 cm de fondo: los vasos en fila y los platos verticales y tras barras de madera o acero.
Un espejo o un cuadro con perspectiva, y de la misma anchura que la mesa, creará profundidad donde no existe. Y una iluminación múltiple y regulable suavizará este espacio pequeño. Empieza colocando varias líneas de reflectores fijos para iluminar la zona de la mesa. Continúa con un trazado perimetral con focos dirigibles hacia los muros, para bañar las paredes y obtener una bonita luz reflejada. Y remata la faena con tramos de bombillitas incandescentes tipo Xenon (a la venta por metros) bajo algunos de los estantes para modelar texturas y volúmenes lumínicos. ¡Te quedará una barra súper bonita!
Una mesa de quita y pon
Plegable, extensible o camuflable, es un recurso cuando falta espacio o se celebran pocas comidas al año en la cocina. Para proyectar muebles con frentes abatibles que funcionen de mesa, o idear bancadas y muebles de cocina en los que insertan tableros de hasta 2 m de largo, hay que pensar en la mesa al tiempo que distribuyes el espacio. Y sucede igual con los modelos convertibles o plegables. Para que una vez abiertos cuenten con un espacio propio, y que no interrumpa el trabajo del cocinero, hay que estudiar su ubicación y su almacenamiento.
Plegada una mesa ocupa la mitad, pero requiere de un espacio o de un armario para ocultarla. Las sillas ocupan menos plegadas, pero mejor si las puedes usar en otras estancias de la casa como el salón o la terraza. Si optas por asientos iguales en toda la casa, puedes rotarlos.
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- De piedra. Triunfan las piedras más duras y con una belleza natural que no se mancha ni se raya, como el granito blanco cristal o el mármol Macael al ácido.
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- De acero. Para crear un look industrial e higiénico a prueba de todo: calor extremo, humedad, ácidos, golpes e impactos. Eso sí, se raya y exige limpieza diaria.
- Sintéticas. Ya sean compactas (como el Silestone) o de síntesis (como el Corian) permiten encimeras continuas y sin juntas, con fregadero integrado y tratamientos antibacterias.
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