Este baño es un buen ejemplo de cómo la arquictectura está al servicio de los habitantes de una casa, dándoles el máximo confort y bienestar. Los arquitectos que proyectaron este baño, lejos de ocultarlo, lo abrieron al exterior, para aprovechar la sensación de bienestar que aporta el paisaje lleno de verde y árboles. Un baño en el bosque.
Los propietarios decidieron ubicar el baño junto al dormitorio principal, en el primer piso de esta casa malagueña, con el objetivo de darle una mayor intimidad.
El baño es de planta rectangular y paralelo a una terraza cuyo suelo de madera de ipé se ha tomado como referencia para decorar el baño. “En toda la casa la madera utilizada es la de wengué, pero justamente porque queríamos que el baño se fundiera con el exterior, elegimos la madera de ipé para el mobiliario y para realizar la estructura que acoge la bañera”, nos explica la propietaria.
La reforma se realizó bajo la atenta mirada de la dueña de la casa. “Me gustan las cosas sencillas, sin estridencias ni muchos materiales en juego. Además, en mi anterior casa todo estaba abierto hacia el exterior. Es por eso, y por el magnífico entorno de mi nueva casa, que decidimos dar continuidad a esa apertura espacial”, añade. Para materializar el proyecto, la propietaria recurrió al arquitecto Javier Higueras, que contó con la ayuda del equipo de Ingadia y del interiorista Gustavo Kloster. “Fueron de una excelente ayuda, porque se ocuparon de dar respuesta a nuestros gustos con elementos actuales y funcionales”.