Lo más deseable (y lógico) sería tener la zona de vestidor junto al baño. De este modo, las rutinas de aseo y belleza cotidianas serían mucho más cómodas y ágiles. Si bien es cierto que a menudo esto implica tirar algún tabique, esta unión merece la pena. Y si no, mira estos tres ejemplos tan inspiradores, con estilos y distribuciones variopintas. Difícil elección...
Un baño con vestidor y vistas
El primer baño con vestidor se comunica con el dormitorio y se abre a una amplia terraza para ganar luz y amplitud. La responsable de este proyecto, Marta Llonch, de Saus, Riba, Llonch, recuerda el origen de este baño con vestidor, abierto al dormitorio y a una amplia terraza.
“Este baño principal se planteó como el núcleo de un espacio único y dinámico formado, además, por el dormitorio, el vestidor y la terraza. Los cuatro ámbitos mantienen una comunicación fluida tanto visual como de movimientos, aunque pueden independizarse cuando un uso determinado lo requiere”, dice Marta.
El tocador, con dos lavamanos escastrados, combina la madera de ipé con los frontales lacados en blanco. “Elegimos materiales similares en todos los espacios, para evitar transiciones bruscas”, señala Marta. El espejo refleja las vistas de los ventanales, lo que da profundidad al espacio, mientras la parte superior del tabique que separa el baño del dormitorio está acristalada para dejar pasar la luz.
El espejo refleja las vistas de los ventanales, lo que da profundidad al espacio
El baño cuenta también con una amplia ducha que se abre a la terraza a través de una mampara translúcida. Precisamente esa luminosidad permitió introducir un detalle de fuerte presencia decorativa: el estucado a la cal gris antracita de las paredes de la bañera y la ducha. El baño comunica con el vestidor, al que se puede acceder también directamente desde el dormitorio. Está equipado con unos completos armarios abiertos de DM hechos a medida, y separado de la zona del inodoro con una puerta corredera.
La bañera fue el punto de partida del proyecto. “Los propietarios querían que fuera un lugar de relajación y que tuviera un cierto aire de piscina –explica Marta–. Por eso la orientamos hacia los grandes ventanales y la enrasamos al nivel de la terraza. El faldón de la bañera, también de madera de ipé, forma un banco que se prolonga para formar una breve escalera, que es también una grada que sirve de asiento informal”. Y para aumentar más aun el encanto de este rincón, los propietarios sugirieron una iluminación por leds que proporciona una luz suave y envolvente, ideal para disfrutar de un baño nocturno.
Aseo + Vestidor + Tocador
Más que un baño. Así es este espacio que reúne zona de aseo, vestidor y una zona de tocador convertible en zona de trabajo. No es solo un cuarto de baño, cuenta Esteban Becerril, arquitecto de esta vivienda: “Buscamos, también, un espacio para vivir con un vestidor, zona de estar o, incluso, con despacho. Por ello incorporamos detalles que lo convirtieran en una estancia más de la casa en la que sentirse muy a gusto”.
Esta premisa fue la que llevó al arquitecto a conjugar revestimientos cálidos, como la madera de ipé para algunas zonas del suelo o para el bajolavabo, con otros más fríos pero en tonos acogedores, como la piedra en color wengué y crema para las zonas más expuestas al agua. También las puertas decoradas con papel de arroz, la alfombra o el gran puf central suman calidez, y se contraponen a los espejos, el cristal y la porcelana de los sanitarios.
La distribución de las distintas zonas se hizo en función de la luz natural. La bañera, una pieza encastrada en una estructura de madera, se dispuso bajo uno de los grandes ventanales que permite disfrutar de la vista del monte. Los sanitarios se situaron tras la bañera y a salvo por una mampara de cristal al ácido, una solución que da privacidad y convierte el baño en zona de estar al ocultarlos de la vista. En perpendicular a la bañera, se colocó una encimera de piedra, de una sola pieza, que acoge en un lado el lavamanos, con un espejo retroiluminado, y en el otro extremo y bajo el segundo ventanal, “una zona de tocador perfecta para maquillarse, escribir, o para improvisar un rincón de trabajo”, explica el arquitecto.
Frente a ella, se abre paso un gran vestidor que combina una puerta corredera de espejo con otra de cuarterones. “Él recoge la esencia del baño: funcionalidad y calidez”, finaliza.
Piezas recuperadas en un baño con vestidor
El encanto de este baño reside en los muebles que lo decoran, con una historia que los hace únicos. Cada mueble y cada objeto de este baño proviene de un lugar diferente y tiene un relato particular.
Partiendo de una base funcional, que facilita el día a día y hace muy cómodo su uso, Víctor Henry, interiorista de Luzio, halló en los propietarios unos compañeros excelentes en el viaje de la reforma de este baño. “Visitaron Luzio y les pareció muy interesante nuestra filosofía de buscar piezas, antiguos tesoros, en cualquier parte del mundo para combinarlos con soluciones completamente contemporáneas creando un estilo muy particular que en el caso de este baño yo definiría como de industrial sofisticado”, comenta el interiorista.
La zona de tocador está equipada con un mueble realizado a medida a partir de vigas antiguas recuperadas, y dos lavamanos de mármol, también recuperados, cuyas irregularidades le conceden, precisamente, su encanto. Algo parecido sucede con los marcos de los espejos. “Son ventanales recuperados de palacetes de la India a los que se les ha aplicado, en su interior, espejos”. En ese país los colores intensos tienen un papel muy importante, también en la decoración. Como en Europa preferimos colores más suaves, las maderas se decapan “hirviéndolas en agua, un sistema que retira el color pero no del todo y, curiosamente, eso es lo que les da el plus decorativo”, afirma Víctor.
Los marcos de los espejos son ventanales recuperados de palacetes de la India
Para revestir las paredes se optó por una pintura con acabado mate que imita el yeso y que tiene una tonalidad beige tirando hacia marrón. “Muchas personas huyen de los tonos oscuros para las paredes porque les parece que hacen más pequeño el espacio. Todo lo contrario. Yo creo que cualquier pieza se crece y muestra todo su carácter ante un fondo de cierta intensidad”, asegura el interiorista.
Si quieres ver todos los detalles de estos tres baños con vestidor incorporado, entra en la galería y verás lo cómodos y bellos que son.