Vestidores

Este vestidor en "U" es más pequeño de lo que parece. Y es que la decoradora Begoña Susaeta, para aprovecharlo al máximo, ideó las puertas más estrechas de lo habitual, así pueden abrirse sin que sean un obstáculo para los módulos laterales. 

La mejor manera de aprovechar al máximo el vestidor es equiparlo con armarios de suelo a techo y, aunque la zona superior sea poco accesible, resultará muy útil como maletero. Aquí, la decoradora Sandra Vergara ha lacado los frentes como las paredes, para que se integren más en el espacio, y ha unificado la carpintería con la de las puertas del resto de la casa.

Proyectado por las decoradoras Mausha Marsá y Tanana Montero, este vestidor respira un aire clásico tan elegante como atemporal. Se ha organizado en dos frentes gemelos –es básico contar con un pasillo libre de al menos 100 cm–, que combinan cuarterones y una zona acristalada, que da ligereza. 

Los tonos azules y verdes son perfectos para llevarlos al dormitorio por su poder relajante. Aquí se ha pintado en verde agua la parte inferior del cabecero, a juego con los armarios del vestidor, creando un sugerente arrimadero. La zona superior se ha pintado de blanco con el fin de iluminar ambos espacios, cuarto y vestidor, gracias al hueco, a modo de ventana, practicado en la pared.

El vestidor mide 18 m² que se dividen en una zona para él y otra para ella. Es abierto y está hecho con DM lacado en blanco roto. 

El pantalonero. En cada pantalonero de 40 x 60 x 70 cm caben 11 pantalones, 20 si hay dos en cada percha. Están separados por usos: de vestir e informales. 

Supercorbatero. Aprovecharon la pared con dos barras para colgar la gran cantidad de corbatas. Así quedan a la vista y no quitan espacio en el armario. 

Él prefería sus camisas dobladas en baldas extraíbles. Para ello planificaron un módulo de 100 cm de ancho con dos zonas de baldas para 40 camisas, aprovechando los 60 cm de fondo. Encima, colocaron baldas para los jerséis. 

Chaquetas y pantalones. El armario tiene una zona de barra de 140 cm de ancho para americanas y chaquetas, dos cajones centrales para la ropa interior y, debajo, un pantalonero doble. 

Para tenerlas a mano y accesibles, se diseñó una doble hilera de baldas extraíbles de 50 cm de ancho con espacio para 40 camisas en total. Organizadas por color o estilo son más fáciles de encontrar. 

¿Qué vas a guardar? "Cuando diseñamos un vestidor, lo más importante es lograr que todo tenga su sitio. Lo primero que hacemos es un pequeño cuestionario para los propietarios, para saber la ropa que van a guardar y cómo acostumbran a guardarla, porque puede ir doblada o colgada", cuenta Mausha Marsá, la interiorista. 

¿Qué medidas importan? "Para personalizar al máximo el vestidor, muchas veces incluso medimos los metros lineales que ocupa la ropa (puede ser larga, corta, jerséis...). También influye si la persona a la que va destinado el vestidor es alta o baja", explica Mausha. 

La propietaria tenía mucha ropa que colgar, tanto larga como corta, por ello destinaron gran parte del espacio a barras. Los módulos de colgar miden 140 cm de ancho: quedan amplios y no se comban. La altura del hueco va en función de la ropa: unos 110 cm para camisas y chaquetas; 90 cm para pantalones; y 170 cm para vestidos. 

En la zona central planificaron un módulo con cajones y baldas. La parte cerrada queda a unos 100 cm de alto y es para la ropa interior y la más delicada. El vestidor tiene un armario cerrado común para zapatos y botas. 

En el mundo de la moda, y hasta en decoración, todo (o casi todo) regresa. Por eso, hasta las interioristas advierten de que "nunca, digas nunca" en este mundo, porque de repente una tendencia un día inunda tu casa. Eso sí, está claro que si una prenda no te la pones dos años seguidos quizás es hora de darle una segunda vida (consulta dónde donar ropa). 

Generalmente, se gasta más en ropa asequible que en prendas caras. La mayoría de las veces, la moda rápida (en inglés, fast fashion) tiene precios increíblemente bajos porque la calidad también es inferior. Estas prendas tienden a tener una vida útil corta y se desgastan más rápido. Nuestro consejo: compra menos y de mayor calidad. Ayudarás también a pequeños artesanos, y seguro que contribuirás en una producción más sostenible. 

¡Todo un error! Hay que tener claro que no todas las modas sientan bien, ni gustan a todas. Y eso es normal. Las tendencias existen y lo único que se debe hacer con ellas es adecuarlas al gusto personal de cada uno. Si se prueba algo nuevo y no termina de convencer, no pasa nada. ¿Lo mejor? Ni lo compres, porque lo usarás una vez.

Si el espacio lo permite, no dudes en crear un ambiente independiente como vestidor, aunque integrado en el dormitorio de matrimonio. Es útil (casi necesario) cuando la pareja tiene hoarios diferentes puesto que así, al buscar la ropa mientras la otra persona duerme, no se molesta. Con un espacio separado para la ropa, tendréis más intimidad y orden. Aquí, la interiorista Paula Duarte ha optado por unas cortinas tipo visillo para "independizar" el vestidor.

Las decoradoras Mausha Marsá y Tanana Montero planificaron este vestidor con dos frentes paralelos y gemelos, lo que refuerza la sensación de orden. Y unificaron toda la carpintería: así los frentes acristalados y con molduras repiten el mismo diseño de la ventana. Con la única diferencia del cristal, que para ocultar el interior del armario se ha elegido ahumado.  

Aprovechar un pasillo ancho o un distribuidor para habilitar un completo vestidor, es una manera muy práctica de rentabilizar este espacio muerto. Aquí, la decoradora Toni Molins diseñó dos frentes de armarios en paralelo en el acceso al dormitorio y al baño. Y unificó la carpintería con la del resto de la casa, así cuando la puerta del baño está cerrada, parece una continuación del vestidor. 

El vestidor está, pero está tan bien integrado en la decoración, ¡que apenas se aprecia! La decoradora Sandra Vergara habilitó el pasillo de acceso al dormitorio con un frente de armarios empotrados hasta el techo que pintó a juego de las paredes y aunque tienen cuarterones, al ser rectos, se ven actuales. 

Este vestidor, separado del dormitorio por un paso abierto, se ha planificado abierto pero con la opción de cerrarlo en caso de cansarse. Y es que los módulos son de Ikea, lo que permite equiparlos con puertas sin problemas. 

La decoradora Paula Duarte aprovechó la amplitud de su dormitorio para planificar un coqueto vestidor a medio camino entre el dormitorio y el baño. Abierto, eligió para el interior de los armarios un acabado en gris a juego con la pared del dormitorio y cerró los armarios con unos visillos vaporosos que dan un toque romántico y delicado. 

Separado por una puerta corredera del dormitorio, es un recurso muy práctico para disponer de una habitación con vestidor, garantizando al mismo tiempo que este tenga total independencia. Aquí se ha organizado con dos frentes paralelos, uno para miembro de la pareja, y abiertos, para un más cómodo acceso.

Este vestidor es más pequeño de lo que parece, pero la decoradora Begoña Susaeta supo sacarle el máximo partido con una organización en "U". Además, si te fijas, las puertas son más estrechas de lo habitual, que suelen ser 50 cm, porque así no son un problema a la hora de abrirlas. Todo lacado en blanco resulta más ligero y los tiradores, de madera, dan el toque cálido. 

Apostar por un armario abierto tiene sus ventajas: de un golpe de vista ves toda la ropa, te ahorras el importe de las puertas y ganas sensación de amplitud. Pero en su contra, debes ser una persona muy ordenada, para evitar que el armario se convierta en una leonera. Este armario, que combina madera con laca negra, aprovecha todo el frente de una pared y se ha organizado con soluciones a medida para cada miembro de la pareja. 

Este vestidor está integrado en el dormitorio pero separado por un murete, que le da intimidad. Se ha organizado en dos bloques de armarios, de frentes lisos, sin tiradores y lacados a juego con las paredes, y con un banco central que además de aligerar el conjunto, se ha aprovechado con dos hileras de cajones y una balda. 

La gran ventaja con la que se encontró Paula en el dormitorio de su nueva casa era su tamaño, lo que le permitió habilitar un completísimo vestidor tipo closet entre la zona de cama y el baño. Pero precisamente su tamaño lo hacía desangelado. La decoradora se alió con el color –el mismo gris del salón– para darle personalidad y los textiles para arroparlo. ¡Qué elegante!

Este dormitorio de matrimonio de distribución atípica no es especialmente espacioso y, sin embargo, cuenta con un espacio que lo convierte en especial. El acceso hacia el baño desde la zona de descanso queda delimitado por un mueble a medida -diseño de la decoradora Laura Ehlis- que no llega hasta el techo, pero que completa el armario de la pared. De esta manera se gana almacenaje y se pone una nota diferente a la organización.

Si se han mojado los zapatos, lo mejor es esperar a que se sequen. Para que no pierdan la forma, rellena el interior con papel de periódico. Espera a que se sequen y luego ya podrás guardarlos en el armario.

No hay que guardar directamente los zapatos en el armario al llegar de la calle. Y si además huelen mal, mejor usar bicarbonato de sodio y dejarlos toda la noche en la ventana o en la terraza. 

Al colgar la ropa, hay que abrochar los botones, cerrar las cremalleras y vaciar los bolsillos. De esta forma, se evita que las prendas que están colgadas en el armario se deformen antes. 

Si tienes la ropa de otras estaciones en el mismo armario, lo mejor es guardarlas según la temporada. Emplea una caja y separa las prendas más delicadas con papel de seda. Y, recuerda, antes de introducir alguna prenda en el armario: lava, seca, plancha (si es necesario) y guarda sin manchas. 

Lo único que se consigue es que el punto se estire. Mejor, dobla con cuidado las prendas de punto. Prepara luego un cajón o un espacio del armario solo para tus jerséis, chaquetas o chalecos de punto.

Si la ropa se ha usado poco y, por tanto, está limpia, se debe igualmente airear antes de introducirla en el armario. Con esto conseguirás que los olores de la calle no lleguen al resto de prendas limpias del armario. 

Colocar ropa que usas mucho en la parte alta del armario no es lo más adecuado. De hecho será muy incómodo. Lo más probable es que la ropa se arrugue si no se dobla luego bien. Y si, además, sueles ir con prisas, ¡olvídate de esta opción!