Terrazas

Esta terraza aunque parezca amplia no lo es. ¡Es el efecto del blanco! Desde los sofás hasta la pérgola de metal. Todo es blanco. La única nota de color la ponen los complementos en aguamarina, que parece fundirse con el océano de fondo. Si te fijas, los sofás de cuerdas son de color gris, de manera que potencia la elegancia del espacio sin saturarlo. 

Y de líneas sencillas que potencian la ligereza y la amplitud. En las terrazas pequeñas, menos es más. Por eso no se trata solo de elegir pocos muebles, estos tienen que ser funcionales y de aspecto liviano para que el espacio no se sienta saturado. Aquí un sencillo banco, con unas mesas tipo nido, que puedes mover cómodamente, y un par de puffs, bien para los invitados o para colocar los pies y relajarse cómodamente con una puesta de sol. ¿Quién da más?  

Puede que aunque disfrutes de la intimidad que ofrece la terraza de un ático, a uno de los laterales otro vecino tenga la misma suerte que tú. Unas trepadoras amortiguarán el ruido, pero también aportarán frescor, buen olor y, lo mejor de todo, esa privacidad que andas buscando.

¡Son importantísimos! Su ausencia hará de tu terraza un espacio triste y sin vida, pero no vale cualquier. Tendrás que prestar especial atención al elegir los cojines de exterior. El tipo de tejido es muy importante para que resista a los rayos del sol, pero también lo es elegir texturas gustosas y de colores vivos, propios de la vitalidad del verano.

Hay pocas cosas mejores que disfrutar de una deliciosa comida al aire libre. Por eso, si tu terraza cuenta con suficiente espacio, coloca una gran mesa de comedor. Las de madera de teca aguantarán bien en el exterior. Añade unas cómodas sillas en las que disfrutar de las más largas sobremesas y una lámpara que emita una luz acogedora. Para ello, las de fibras son las mejores (se pueden colocar bajo techado).

No intentes que quepan miles de muebles en tu terraza. Si no es pequeña ni grande, lo mejor es que la destines a un solo uso, pero ¡como dios manda! Con comodidad, espacio y estilo. Cuando una terraza es pequeña, hay que limitar el número de muebles al máximo –cabrá poco más que un sofá y una mesa–. Pero si las dimensiones lo permiten, añade un par de asientos más. Bien en forma de butacas o de puffs.

No satures el espacio con muebles voluminosos, condenarás la sensación de amplitud y moverse será complicado. Es preferible que emplees muebles ligeros (mejor si son plegables) y volados y acompáñalos de una pieza con mucha presencia, como una cómoda butaca de fibras. Esta coqueta terraza es buena muestra de ello.

Si cuentas con una terraza o ático muy grande y quieres crear diversos ambientes, el suelo te ayudará a potenciar la diferenciación entre zonas. Haz como la influencer Paula Ordovás: en la zona de más tránsito (el comedor y el estar) ha colocado un suelo de exterior de madera de teca, muy cálido y resistente. Pero, ¿qué pasa con la zona de relax con las tumbonas? Ahí el suelo cuenta con césped artificial, una opción económica y de casi nulo mantenimiento para darle un poco de verdor a la terraza.

Siempre hay hueco para un farolillo de fibras, una maceta con una frondosa planta o una mesa auxiliar que acompañe a los asientos. Al decorar la terraza no te limites a los muebles, añade otros elementos. Serán los responsables de la calidez y de potenciar un estilo u otro. 

A terrazas pequeñas, grandes soluciones. No satures el espacio si este escasea. Es mejor que te limites a poner lo básico. Mira cómo se ha hecho aquí: dos cómodas butacas Acapulco, muy ligeras y que decoran por sí mismas, un set de mesas auxiliares y plantas, muchas plantas (garantizarán la frescura y decoran un montón).

¿Cómo decorar una terraza cuando los metros escasean? Planifica un banco suspendido en L que ofrezca asientos para varias personas y añade algún auxiliar, como una mesa o una butaca extra. Al colocar los bancos completamente pegados al perímetro de la terraza, la sensación es de mayor amplitud.

Lo primero en lo que debes pensar al decorar tu terraza, ya sea grande, pequeña o mediana, es en el uso que le daréis. Si sois más de comer fuera, planifica un pequeño comedor. En cambio, si lo que os gusta es disfrutar del atardecer sumido en la tranquilidad y el relax, tu opción será un estar con, al menos, un cómodo sofá o un par de butacas. Eso sí, si el espacio lo permite, ¡no renuncies a nada! 

Los olivos también tienen cabida en la terraza. Para la interiorista Natalia Zubizarreta son un imprescindible para solucionar "alguna esquina y llenar los espacios de alegría" como en este espacio decorado por ella. "Me encanta ponerlas en alguna esquina junto a un sofá en la zona de estar, por ejemplo". 

Para libros, plantas, fotos... Los elementos volados son decorativos, capaces y ligeros. No dudes en aprovechar las paredes con estantes, te ayudarán a decorar y ofrecerán, además, espacio para guardar. 

Si tienes terraza usa dos trucos: pon dentro algu´n mueble de exterior, como aquí esta butaca de bambú, un material de tendencia, y decora la terraza a tono con el interior. Asi´ conectas los dos ambientes y se ven ma´s grandes.

Las fibras naturales están de moda, eso ya lo sabrás. Pues bien, también se pueden usar a modo de maceteros para colgar plantas. Esta opción es perfecta para decorar por ejemplo, la zona del balcón o la terraza. 

Tengas terraza o balcón, también hay espacio para plantas colgantes. Una idea muy práctica y que decora es esta. Añade maceteros de diferentes colores y cuelga tus plantas favoritas. No ocupan espacio al estar colgadas y además aportan un plus de frescura a la zona de exterior. 

Aparte de lograr que los espacios parezcan más amplios, pintar las paredes en color blanco también hará que la luz se refleje, algo que cobra aún más importancia en pisos interiores. Así que ya sabes, ¡mantente alejada del lado oscuro!

Son la clave de este pequeño balcón que parece una postal tropical. Las plantas de hoja más grande son ave del paraíso. Debajo, helechos y, en el rincón, fatsia japónica (Aralia). A su lado, las butacas livianas quedan muy elegantes.

Así es este balcón proyectado por la interiorista Asun Antó. La calidez la aporta la madera con la que revistieron el suelo y el banco. El color, los cojines de rayas y los estampados, algunos de ellos vintage. Y la frescura, los arbustos, que dan intimidad en las jardineras y decoran en las macetas.

Traer el exterior dentro de las casas es una tendencia cada vez más clara en todos los proyectos. Ana Blanco y Juan Mengíbar lo tuvieron claro en este salón proyectado por duplicado en la terraza. A su luminosidad se le suma un elemento que le da aún más encanto: el fabuloso techo abovedado, pintado de blanco, que se extiende por el salón comedor.

En los últimos años hemos visto proyectos de dormitorios donde las mesillas de noche se presentaban, sobre todo, integradas en el cabecero. Si quieres estar a la última, elígelas de madera y si pueden ser antiguas, mejor.

Este salón, proyectado por Estudio Mengíbar Blanco, parece mucho más grande de lo que en realidad es. Y las claves han sido el uso de este blanco roto que lo viste todo y contribuye a aligerar el espacio, la eliminación del falso techo, ganando así altura visual y dejando al descubierto este precioso techo de volta catalana, y la elección de pocas piezas y ligeras. 

No tengas tu terraza o balcón decorado de cualquier manera. Dale un toque actual con una original pared con lamas de madera que también puede integrar alguna balda. Un techo de cañizo te ayudará a ganar una práctica sombra y elige muebles ligeros de madera, hierro o ratán. 

Una reforma barata que te dará mucho juego (refrescante) en verano es instalar una ducha de exterior en tu terraza o jardín. Un diseño de pared ronda los 100 € mientras que una de pie y solar la tienes desde 150 €. Necesitas contar con toma de agua y un suelo con desagüe o drenante. Desplazar un punto de agua (la tubería) desde uno existente varía en precio en función de la distancia que haya que cubrir.

Cuesta creerlo, pero son solo 70 m². Pero la decoradora Carme Pardo los convirtió en casi el doble no dando ni un cm por perdido. Empezó por derribar los tabiques de la zona de día, ganando un espacio diáfano en el que conviven salón, comedor y despacho. Y reservó el estar junto al ventanal de la terraza. Así, abierto, se prolonga al exterior como dos salones. 

El sistema de riego por goteo es uno de los más eficientes. Sobre todo si se conectan a programadores para eliminar la necesidad de regar de forma regular. Otra forma de ahorrar en la terraza es optando por plantas de bajo consumo de agua como el olivo, el ciprés, el laurel o plantas aromáticas.

Esta cabaña en los Pirineos llevaba años cerrada cuando sus propietarios decidieron darle una nueva oportunidad. Pero para ello era necesario hacerle un lavado de cara y modernizarla. La encargada de transformar esa apagada y tristona cabaña setentera en el refugio ideal que es ahora fue la interiorista Bárbara Aurell, de Espacio en Blanco. Ahora, ver nevar desde el porche acurrucado en una manta es un lujo. 

Efectivamente, por un lado es escalón pero por el otro se ha aprovechado su apariencia de repisa/banco para crear en su interior dos cajones donde guardar mantas, cojines, ropa de cama... ¿No te parece una idea fantástica? ¡Y todo bajo la ventana! Por cierto, ¿tienes un cajón flow?

¿Tienes un pequeño desnivel entre el salón y la terraza? Más que un inconveniente, puede ser una ventaja. Y si no, fíjate en lo bien que lo han solucionado los arquitectos y decoradores Ana Blanco y Fran Mengíbar en este proyecto: a simple vista, han dispuesto un escalón para salvar esa pequeña pendiente que, además, sirve de repisa o de asiento informal. ¿Sencillo, no? Pero si te fijas bien en él, tiene truco. ¿Quieres saber cuál? Descúbrelo en la imagen siguiente.

Es una de las reformas que más se hacen en el salón. ¿Su objetivo? Ganar metros pero también luminosidad. En esos 10 o 12 m² extra puedes instalar un comedor, un rincón de lectura o una zona de trabajo —como ha hecho aquí la decoradora Begoña Susaeta— que requieren más luz natural. Ahora solo tienes que encargar un cerramiento acristalado y acondicionar el nuevo espacio. Y para que no eches de menos tu terraza, coloca plantas de interior que necesiten poca luz, como sansevierias, cintas o filodendros.

Natalia no solo se alió con el blanco para inundar de luz el salón, sino que aprovechó la reforma para hacer crecer las ventanas, llevando más luz a toda la zona de día. El sofá en blanco y la gran alfombra beige también contribuyen a multiplicar la claridad. 

Igual que se cierra una terraza, se puede hacer lo propio con un porche para aprovecharlo todo el año. Así que cuanto te plantees qué cerramiento de porche o de terraza escoger, prioriza la calidad de los materiales tanto en lo que a perfilería se refiere como a vidrios (que hay mucho donde elegir). De esa manera tendrás unas prestaciones de aislamiento y hermeticidad que agradecerás porque te olvidarás de problemas futuros de humedad, condensación, calor o frío y ruido.

El cerramiento de esta terraza se adapta a la forma en arco de los vanos de fachada. En este caso el ambiente se cierra pero permanece delimitado y aislado respecto al interior (se mantiene el tabique de separación y las contraventanas de cada paso). Es un lugar perfecto para dedicárselo a tu afición preferida: cultivar plantas, pintar, leer, realizar manualidades…

Puedes ocurrir, como en este proyecto de Ana Blanco y Fran Mengíbar, que el cerramiento de la terraza genere un desnivel respecto a la terraza y al interior. Que esto no sea un inconveniente a la hora de delimitar una parte de la terraza (cuando estas son muy grandes). Así ganarás metros en el interior sin renunciar a un pedacito de espacio al aire libre. Se soluciona con un escalón que se puede integrar a modo de mueble o banco de lectura con colchonetas y cojines.

A veces cuando faltan metros dentro... hay que mirar fuera. Sí, tal cual: a la terraza. Si realmente necesitas sumar superficie útil dentro de casa y no te importa sacrificar la terraza... los cerramientos de terrazas ¡son una buenísima solución! Como aquí, no se sacrifica la terraza entera pero sí se dan unos metros al interior para ganar un comedor más amplio. Y sin renunciar al exterior…

En algunas ocasiones, el cerramiento de terraza es un elemento decorativo en sí mismo, como el que acabamos de ver. En otras, lo que se busca es ganar ese espacio en el interior de la vivienda pero con una solución que prácticamente no se vea. Es el caso de las conocidas como cortinas de cristal. No son tan estancas como otros cerramientos de cristal pero permiten abrir el espacio cuando el tiempo lo permite y que prácticamente sea invisible al no llevar perfilería cada hoja.

Cerrar la terraza implica una inversión importante pero supone ganar un espacio útil en la vivienda que reúne las características necesarias para que resulte cómodo y confortable térmica y acústicamente. En este caso, esa galería estrecha es un espacio de trabajo e inspiración perfecto y más cuando se recurre a perfilería recuperada y pintada. ¡Tremendamente personal!

DIY

Cómo restaurar un mueble antiguo paso a paso para que quede como nuevo