Porches

Esta casa estaba predestinada para Eva. Y viceversa, porque cuando se animó a cambiar de vivienda esta fue la primera casa que le gustó... pero cuando llamó para visitarla los propietarios se habían echado atrás. Invirtió más de un año en dar con un reemplazo y cuando estaba a un paso de tirar la toalla, ¡la casa volvió a aparecer en su ordenador! "Fui la primera en visitarla, y solo con poner un pie en el jardín lo tuve claro: 'me la quedo'". 

Si por algo destacan es porque ofrecen un control absoluto del crecimiento de la planta. Si tienes miedo a que las raíces puedan estropear el solado o agrietar –muchas veces irremediablemente– el suelo, opta por colocar unas jardineras con las que puedas controlar cuánto crece la planta. Hay varios árboles frutales que puedes cultivar en maceta. 

Los porches de obra rústicos siempre son la solución perfecta para sumar asientos esquineros. Este banco de obra está pintado igual que las paredes, por lo que se funde con ellas y solo necesitas colchonetas y cojines para resultar un comodísimo sofá. Es un proyecto de Natalia Roma, de ND Disseny Interiors, que ha creado un exterior con sitio para comer, relajarse y jugar. 

El porche moderno de esta casa en Formentera es casi un sueño hecho realidad. Abrazado por las vistas y la brisa del mar es la perfecta fusión entre tradición y vanguardia con sus muros de piedra, elementos de madera y la mezcla con el suelo de cemento o los muebles de diseño. Es un proyecto de GCA Architects que reorientó toda la casa para que se abriera por completo al entorno. 

Los propietarios de esta antigua casa ibicenca se enamoran del paisaje y le dieron una oportunidad, aunque era una ruina. Con la ayuda de la interiorista Mireia Pla la convirtieron en la casa acogedora e integrada con el entorno que es ahora. El gusto por lo natural -de ahí el uso de la buganvilla- de sus nuevos propietarios marcó la decoración también del porche: un look relajado y con esa esencia 'hippy chic' tan de la isla. 

Antes de la intervención de las decoradoras Isabel Flores, Nuria Almansa e Isabel Font, esta casa en la Costa del Sol, era nueva con excelentes acabados, pero le faltaba "algo". Ellas se encargaron de vestirla con toques de color, piezas lowchic y muchísima belleza, empezando por un porche casi balsámico.

Los propietarios de esta casa se quedaron prendados de su enclave: un paraje agreste, rodeado de sabinas y pinos y con vistas al mar. ¿La casa? Era una ruina, pero con la ayuda de la interiorista Mireia Pla la convirtieron en la belleza que es ahora. Su entorno privilegiado y el gusto por lo natural de sus nuevos propietarios rigieron la decoración de toda la casa, con un look relajado y con esa esencia hippy chic tan singular de Ibiza. 

Inspirada en las tradicionales possessions, esta casa de campo reúne lo mejor de dos de los mundos más deseados de Menorca: el campo y el mar. Y es que desde el porche, que se tiñó de blanco reproduciendo el ancestral encalado típico de la isla, se divisa más allá del jardín el mar.  

Entre lo que es esta casa y lo que era cuando la encontró María López hay un auténtico abismo. Una reforma integral llevada a cabo por GCA Architects reorientó esta casa en Formentera para que se abriera por completo a su espectacular entorno. Ahora, no solo desde el porche se divisa el mar, sino desde todas las estancias de la casa. 

Las vistas de esta casa son de las que te quitan el hipo. Y no es para menos, porque se alza sobre un acantilado de 100 metros en una de las más agrestes y espectaculares de Formentera. De hecho, Can Dream, como se llama esta casa, está un parque natural. Precisamente, para disfrutar al máximo de su entorno natural y de las vistas, en la reforma se dio mucha importancia al exterior, con un comedor de verano resguardado del sol por una pérgola, y una zona chill out con colchonetas en el suelo para disfrutar del atardecer.   

¿Por qué no te animas con un árbol? Los limoneros quedan de cine en patios y jardines soleados, y como sus raíces están limitadas al tamaño de las macetas, nunca crecerán demasiado. Además, ¡apenas requieren mantenimiento! Aprende a plantar un limonero paso a paso.

Tanto las de verdad como las creadas a través del efecto que producen las guirnaldas que decoran el techado. Las luces nocturnas de este porche no dejan ni un solo detalle al azar. Desde los farolillos colocados en el suelo, pasando por las lámparas de fibras que iluminan la mesa –y que contribuyen a un aspecto rústico moderno– y terminando por las velas en el alféizar de la ventana. El sueño de una noche de verano.

El lino en los textiles de exterior son tendencia. Fresco, agradable al tacto y muy decorativo es el material perfecto para decorar la mesa. Y su look acompaña al entorno. Los bajoplatos y pequeños cuencos de madera aportan calidez la mantelería y la vajilla, de un impoluto blanco. ¿Sabes que el lino es una de las tendencias para textiles de exterior?

Gracias a la cubierta vegetal que ha ido creciendo sobre la estructura de la pérgola, las comidas en este porche se harán infinitas. ¡No falta la sombra! Para que sea más fácil moverse, en vez de sillas se han puesto bancos corridos con cojines, para que sean más cómodos. Y este no es el único porche de esta casa en medio del campo.

Y todo gracias a la madera de teca lavada de las sillas en combinación con el blanco del sofá y el turquesa de la mesa de centro. Una combinación veraniega que no falla y que, además, aporta frescura y vitalidad.

No hay porche más bonito que aquel que ha sido abrazado por una buganvilla. Y es que esta planta trepadora crea escenarios tan bonitos… Son muy resistentes al sol pero, sin embargo, las heladas del invierno son fatales para ella.

Sentada en el porche de tu casa y rodeada de jardín tienes la suerte de escuchar el rumor del río que justo pasa por allí. ¡Qué relajación! Instala el comedor exterior lo más cerca posible del agua, así conseguiréis estar frescos y tener ese agradable sonido de fondo. En este de la imagen llama la atención su techo de madera artesonado tipo cenador y la discreta, pero elegante, lámpara de techo.

Piedra, madera y fibra son los materiales elegidos en esta casa de campo rústica ubicada en lo alto de un cerro. En su porche con arcos de piedra y cubierta de madera se ha instalado el acogedor saloncito separado por un puf del comedor. Ambos cuentan con fantásticas vistas a un mar en calma. ¡Fíjate en el suelo de barro cocido, todo un clásico! Protégelo con productos hidrofugantes invisibles o aceite de linaza. 

Resistente, decorativo y funcional, así quieres el suelo de tu comedor exterior. Materiales hay muchos: cerámica, vinilo, piedra natural, microcemento... pero a ti  te gusta la madera por su calidez pero lo que no te hace tanta gracia es su mantenimiento. Elige variedades tropicales que no lo necesitan, como la madera de bangkirai, ipe o masaranduba. Esta de la imagen es de teca.

¿Te imaginas tener una casa enorme con espacio suficiente para hacer múltiples actividades al exterior? Aquí tienes un buen ejemplo de ello: un inmenso porche sustentado por columnas recorre todo el patio interior con jardín y piscina. Tan grande es la vivienda que sus propietarios han ideado todo tipo de rincones: para leer, tomar el sol, sestear, disfrutar del jardín o de un delicioso almuerzo en su acogedor comedor con cubierta de madera.

¡Esta casa lo tiene todo! Un amplio jardín, una piscina grandiosa en forma de L y un porche con comedor exterior, protegido con una pérgola de toldo corredero y cortinas. La piscina sin bordillo permite entrar en ella andando desde el mismo porche. Vamos que terminas de comer y ¡al agua, patos! 

Y si por el día el comedor exterior es un trajín de idas y venidas, por la noche todo se calma en torno a la mesa. Comida ligera, guirnaldas prendidas en la pérgola para crear ambiente, farolillos en el suelo, la magia de las velas, unos plaids por si refresca... Es el paraíso a la luz de la luna. 

Rodeada de pinos y con el mar de fondo, esta casa tiene el enclave perfecto para instalar un comedor exterior en el porche donde disfrutar en familia y con amigos. A su lado se creó una zona de relax informal, perfecta para sestear o tomar la penúltima copa. Y mientras llegan los invitados ¿qué tal un instante de romanticismo solo para dos? 

Fíjate bien en esta imagen porque es otra toma del porche anterior donde se aprecia mejor el comedor exterior a cubierto e instalado junto a la cocina con barbacoa. Lo han equipado con una mesa de madera de teca y butacas a juego. Para el suelo se ha elegido cemento pulido blanco, muy resistente. ¿Quieres ver el porche al completo?

En este acogedor porche se ha ampliado la zona de la chimenea-barbacoa para instalar una cocina exterior formada por un mueble de obra con superficie de azulejos y puertas de madera donde almacenar menaje, manteles y cojines. Y a su lado, el comedor exterior. Qué practico ¿verdad? 

Paredes de piedra, suelos de barro cocido, pérgola de madera o imitación, muebles de exterior a la sombra de una higuera... ¿Te inspiran los comedores rústicos como este exterior en el porche? Llévalo al tuyo eligiendo muebles de madera o fibra natural y un toldo apropiado para conseguir ese efecto de sol y sombra tan agradable.

¿Cuántas veces te has sentado a comer y ha empezado a llover? Es lo bueno que tienen los porches, bajo ellos estáis protegidos de cualquier inclemencia climática, a cualquier hora. Si tienes la suerte de tener uno, amuéblalo con una mesa de comedor grande, rectangular y bancos a ambos lados que permitan ampliar el número de comensales fácilmente, tal y como se ha hecho aquí. 

Decora la mesa de comedor con objetos fáciles de quitar cuando os sentéis a comer. En la que amuebla este porche o terraza se han dispuesto tres tipos de elementos diferentes que pueden depositarse en el suelo en un momento dado, sin que ello entorpezca el paso ni llame la atención. Así, una caja con macetas, unas jarras de porcelana con plantas y una jaula decorativa —transformada en un mágico portavelas, al caer la tarde— pasarán a formar parte del jardín, como si hubieran estado allí toda la vida.

Una casa en pleno bosque no podía prescindir de un comedor exterior de estilo rústico. La amplia mesa exhibe con orgullo las vetas naturales de la madera, mientras acoge a su alrededor ocho sillas con asientos trenzados y un camino de mesa con velas que, seguro, conciben un ambiente mágico en la noche junto a la guirnalda de luces.