Es una idea que usan los arquitectos para añadir luz natural sin tener que derribar tabiques. Son vanos rectangulares entre 10 y 40 cm de ancho, rematados. Para conservar el confort y el aislamiento, los huecos van acristalados. Y si quieres mantener la intimidad, solo tienes que elegir cristales ahumados. El precio de abrir los vanos depende del tamaño, el tipo de tabique y el cristal. En crtarquitectura.com te lo hacen entre 250 y 400 €, incluyendo la demolición, el remate, el cristal y la pintura.