Los cuadros son el recurso clásico a la hora de decorar un pasillo y, si es blanco, de darle color, a su vez. Pero, además, de personalizar este espacio también pueden ayudarte a modificar visualmente sus dimensiones. Esta opción, por ejemplo, es especialmente indicada para pasillos estrechos y largos, porque la atención se centra al final del pasillo, acortándolo visualmente.