Dormitorios

Otra opción para decorar dormitorios es pintar la pared del cabecero en un tono verde agua, como ha hecho aquí la interiorista Pía Capdevila. La ropa de cama en azul cielo lo refresca y le da paz y sosiego. Una mezcla perfecta para relajarse y descansar. Si te fijas, un tercer color se ha colado en la estancia: el romántico rosa pone calidez a los fríos verdiazulados. ¡Apuesta por él!

¿Te gusta este papel pintado con motivos étnicos? Lo eligió la interiorista Natalia Zubizarreta para decorar una pared de este dormitorio. Poderosa y colorista, sus tonalidades azules y verdes son un punto focal frente al cabecero tapizado de lino blanco. La ropa de cama le da réplica. Ambos, papel y textil, son una manera muy recurrente de llevar la tranquilidad del mar a la zona de descanso.

Un plus como una lámpara de araña hará que el dormitorio se instale en un estilo clásico permanente. Claro, que también el cabecero de capitoné y las mesitas de noche de madera lavada ayudan a conseguir esta estética. Para darle calidez, se ha añadido un plaid de cashmere de color mostaza que aporta textura y color a un dormitorio decorado con tonos suaves. 

Nada como una cómoda recuperada, un sinfonier de herencia o un buró rescatado de un anticuario para dar estilo decorar un dormitorio clásico. Junto con las molduras de las paredes y el cabecero de líneas curvas, el resultado es acogedor, cálido y atemporal. 

Las camas con dosel son un must de los dormitorios clásicos. Y más si queremos conferirle un halo romántico y delicado. Pero camas con dosel hay muchas. En este caso, la interiorista Gabriela Conde se decantó por una estructura de acero negro de la que cuelgan delicados visillos de lino que, cerrados, ofrecen intimidad y privacidad, además de un ambiente casi mágico. 

No todo son doseles, capitoné o cabeceros tapizados en un dormitorio clásico. La forma curva de los muebles, como este cabecero de cannage, ayudan a crear ese look clásico y atemporal que nunca pasa de moda.  

Sí, el papel pintado es una tendencia cada vez más presente en la decoración de interiores. Y, precisamente, los que muestran delicados motivos botánicos y florales quedan como un guante en dormitorios de estilo clásico. Otro de los elementos que suman en esta estética son los cabeceros tapizados con tachuelas, como el de color beige elegido por el interiorista Ignacio Dávalos. Y es que los tonos neutros, como el blanco o el beige son un básico en este tipo de dormitorios.  

El ventilador, el techo abuhardillado con vigas, los suelos de toba... Este dormitorio clásico parece sacado de una película gracias a los cuidados matices de cada aspecto de la decoración. Los muebles presumen de un corte clásico, aunque actualizado con el color mostaza de las tapicerías y los cojines decorativos. La interiorista y estilista de El Mueble Dafne Vijande añadió también un ventilador de techo que le confiere ese aspecto colonial. 

Roble, nogal o castaño son algunas de las maderas nobles más empleadas en mobiliario. Si quieres decorar tu dormitorio con estilo clásico puedes emplear alguna de estas maderas para el mobiliario. Ahora, si no quieres que se perciba viejuno y pasado de moda, elige un diseño más moderno, aunque pueda sonar contradictorio. En este dormitorio, la interiorista Beatriz Fernández eligió un modelo corrido, de pared a pared, y que acoge la cama y las mesitas de noche.  

El papel pintado de rayas es un clásico que no falla en cualquier dormitorio que quiera emular este estilo atemporal y elegante. Aquí, la interiorista Natalia Zubizarreta lo utilizó en la pared del cabecero para enmarcar la cama, concediéndose la licencia de tapizarlo en un llamativo azul egeo, que contrasta con la ropa de cama blanca y los cojines decorativos en terracota.  

Los tonos rosas y empolvados de este dormitorio hacen tándem con los elementos de corte clásico de este dormitorio. Destaca la banqueta tapizada situada a los pies de la cama o el cabecero acolchado en un suave color beige. Todo en este dormitorio respira clasicismo, incluyendo el espacio del tocador, frente a la ventana, y el ventilador con aspas que imitan los tradicionales abanicos chinos. 

Un dormitorio clásico no está reñido con la sobriedad y la elegancia. En este caso, el cabecero tapizado en color gris y la ropa de cama color arena consiguen crear un ambiente elegante y relajado. Son las molduras las principales responsables de su marcado estilo, así como la mesita de noche y la lámpara de sobremesa con la pantalla en tejido plegado. 

Para Pia Capdevila, lo ideal para un dormitorio clásico rejuvenecido es apostar por un color de fondo en "beige o piedra combinados con blanco roto. Usar textiles de lino, poner un cabecero con capitoné, tapizar alguna pieza y enmarcar las puertas de armarios".

Nos referimos a la mezcla del color mostaza con el rosa y el azul cielo. Una combinación muy potente que refresca los dormitorios al instante.

¿Quieres revivir esa antigua butaca de herencia, pero no se te ocurren ideas? Tapízala en terciopelo de color mostaza y te aseguramos que ganarás un mueble lleno de luz y calidez que podrás colocar en cualquier rincón. La madera blanqueada también te ayudará.

A la hora de combinar el color mostaza, el gris siempre será la mejor opción. Es un tono neutro que actúa como base y contribuye a resaltar aún más la calidez propia del mostaza. Para no perder calidez, elige un gris con matices cálidos, especialmente para el dormitorio, y aprovecha su calidez para crear una atmósfera más acogedora. Como ves, en la ropa de cama es un acierto total. 

El color mostaza es perfecto para llenar de luz y calidez cualquier estancia durante los meses más fríos. Pero también en primavera y verano también puedes recurrir a este color. De hecho, es una idea genial siempre y cuando optes por tejidos frescos como el lino.

La decoradora Asun Antó, de Coton et Bois, aprovechó este dormitorio abuhardillado con un cabecero tan ligero como práctico. Y es que al ser tipo murete, su sobre sirve de balda extra y, para liberar el suelo de muebles y así ganar comodidad, incorporó las mesitas en el cabecero, a modo de hornacina. Con una balda y un pequeño cajón empotrado son muy capaces y ordenadas. 

La decoradora Beatriz Hernández ideó un cabecero murete de pared a pared y aprovechó su estructura con dos hornacinas que sirven de mesita de noche. Para darle un plus decorativo, ha combinado la estructura blanca, que da ligereza, con toques de madera, como el sobre o las mesitas, que las ha revestido. 

Sólido y ligero a la vez. Así es este cabecero diseñado por la decoradora Marta Tobella. De madera, ocupa poco menos de 20 cm y es súper práctico, porque su sobre sirve de repisa y se ha aprovechado su estructura para incorporar las mesillas, a modo de hornacina, así no son un obstáculo. 

Más ligero, imposible. La decoradora Marta Prats ideó para este dormitorio un cabecero de DM tipo murete, que lacó a juego con los armarios, y lo completó con un par de mini mesillas. Al contar con tan poco fondo, la decoradora completó la hornacina con una balda de madera que sobresale del cabecero lo justo para ser capaz. 

Los arquitectos Ana Blanco y Fran Mengíbar optimizaron los pocos metros de este dormitorio con un cabecero tipo panel de unos 5-10 cm de fondo que se prolonga con dos mesitas de más fondo equipadas con estantes. Al ser todo blanco, resulta aún más liviano. 

Una opción tradicional es colocar mantas de punto o ganchillo en los pies de la cama. Para Carolina Mora, otra opción, que ahora está muy de moda, es el patchwork, que le dará mucha personalidad a cualquier dormitorio.  ¡Atrévete a hacerte una tú!

El papel pintado, el espejo, la lámpara... dan el toque romántico y conviven con muebles pintados, lisos y más sencillos, con pantallas de fibra, muy naturales... Para encajar una cama de forja, solo hay que pintarla también de blanco y voilà! Es un consejo de Carolina Mora. 

El dormitorio, como el resto de la casa, es pequeñito, pero se ha decorado para que sea un refugio de paz. Con paredes, suelos, techo y armarios en blanco, la vista se va a la ventana, que hace de cabecero único, y a la preciosa cómoda recuperada. Un último guiño: la zona de tocador se ha sacado al dormitorio, así se ha ganado más espacio en un baño de mínimos. 

El blanco es el mejor aliado de pocos metros, pero debe saber acompañarse si no queremos que la atmósfera quede fría o demasiado plana. Y aquí, la arquitecta lo vistió con detalles retro, en la línea del resto del piso, y toques cuidados de color, con este azul petróleo presente en el cabecero tapizado en terciopelo, los apliques y el puff. ¡Qué estiloso! 

Aunque el papel pintado lleva ya décadas estando otra vez de plena actualidad, hoy triunfan como antaño los estampados florales y los motivos botánicos. Una gran idea para aportar un tono fresco y natural a tu dormitorio o al salón. Tú decides si prefieres grandes flores o un diseño más discreto.

Maderas nobles, colores claros y molduras en las paredes son otras  características a aplicar en tu dormitorio clásico. Este de la imagen las cumple a rajatabla. Y para quitarle seriedad al ambiente, se han colocado de forma desenfadada un espejo de gran tamaño y un cuadro, simplemente apoyados. 

Si los cabeceros tapizados son afines al estilo clásico, en los dormitorios modernos se llevan la palma los de obra con las mesillas integradas. Y si encima son como este, en blanco y madera, miel sobre hojuelas. Es una propuesta a medida de Beatriz Hernández. La interiorista ha optado por pintar las paredes de un gris suave y colocar un banco de madera, a los pies de la cama. Para decorar la encimera: cuadros, flores, un espejo redondo y una lámpara de sobremesa.

Si te gustan las molduras clásicas pero quieres darle un aire moderno a tu dormitorio ¡mira la propuesta que hace Miriam Barrio! La interiorista presenta los ornamentos lisos y transversales para dinamizar las paredes y, en lugar de lacarlos en blanco, lo ha hecho en un tono azul grisáceo que les da personalidad. Los detalles en dorado y la ropa de cama en color caldera reavivan la estancia.

Madera, fibra, lino, plantas, vidrio reciclado... Lo natural es un must del estilo boho chic, esa decoración fresca y desenfadada en la que todo cabe. En este dormitorio, decorado por Carmen Figueras, las bandejas de mimbre que decoran la pared, el banco de bambú y el mueble de madera lavada le dan a la estancia un aire relajado y natural, muy slow.

Los diseños de otras épocas, los muebles desgastados, los estampados de flores... tienen un encanto especial. No es de extrañar que caigas rendida al influjo del estilo vintage. Este dormitorio se ha decorado con un cabecero de hierro forjado lacado en blanco, unas lámparas suspendidas de metal y unas mesitas velador tipo bandeja que hacen las veces de mesillas. No hace falta que pongas todas las piezas antiguas, con una o dos es suficiente.

Si eres una romántica empedernida y te gustan los dormitorios en clave femenina, fíjate aquí en cómo puedes conseguirlo: con muebles de patas torneadas y look envejecido en una atmósfera invadida por dos tonos, el beis en paredes y el rosa empolvado en textiles.