Marc y Marta, los hijos de Maite y Rafael, han convertido el estudio en su despacho, ya que ambos, a pesar de su juventud, cuentan con sus propios negocios online. De origen, esta sala solo tenía una ventana y apenas se veía el mar por ella. Maite Socies, inspirándose en las típicas ventanas de semiarco de algunas masías, decidió abrir las seis que hay ahora. "Desde aquí no solo ves el mar, sino Barcelona. Por la mañana, ver salir el sol desde aquí ¡es bestial!", señala.