Velas

Puedes conseguirlo con vinagre, añadiendo unas gotas al agua fría del último aclarado. Con limón, dejándolas en remojo una noche con la cáscara. Y con alcohol, repasándolas con un trapo empapado en él antes de servirlas.

¡Pues pon velas! Incluso las hay led para no tener que encenderlas una por una. Haz una composición dentro de una caja o una cesta, como esta. Calidez asegurada. Espejos, de Sacum y Filocolore. Lámpara de pie, de Maisons du Monde. Alfombra, de Gra. Mesa de centro, de Cottage Little House. Butaca con reposapiés, también de Maisons du Monde. 

Rosados, blancos, verdes, arenas... Dan luz y suavidad a las chimeneas, que suelen tener mucha presencia y su hueco puede oscurecer los espacios cuando están apagadas. Velas, detalles de fibra, cristal y toques de verde y flor son el pack decorativo ideal para ellas. 

Agua y fuego son antagónicos, pero gracias a las velas flotantes pueden estar (casi) juntos. Colócalas en la mesa de centro del salón. 

El haz de luz de las velas es un gran aliado para crear ambientes mucho más relajados, sobre todo, cuando llega la hora de tomarse unas copas en la terraza.

Quizás también os acompañe nuestro satélite más cercano, pero además de la presencia de la luna, ¿qué mejor ambiente para celebrar una cena en la terraza que una lámpara de araña equipada con auténticas velas? Le damos un superlike!

Individuales o en grupo, dependiendo del momento y el espacio. ¿Qué te parece colocar un conjunto de velas de distintos tamaños en la chimenea?

La infinita variedad de tamaños, formas y colores de las velas permite dejar volar la imaginación para crear una vela tan original y festiva como esta. Es muy fácil de conseguir, ¡te lo enseñamos en este vídeo!

Y tamaños y formas... Utiliza velas como accesorios decorativos y muéstralas en estanterías. Juega con la paleta cromática de los textiles de la estancia, los lomos de los libros o incluso de las flores del jarrón. ¡Alucinarás con el resultado!

O cualquier ocasión especial en la terraza o el balcón. Si eliges uno con un bonito dibujo, la trama de luz que creará la vela será de lo más acogedora y el ambiente más mágico estará asegurado. 

Colocar velas en los escalones y hacer un caminitio con ellas no solo es una buena idea decorativa, también te servirá de guía cuando las luces ya estén apagadas.

Destaca por su diseño discreto y sencillo y con un matiz vintage, ya que recuerda los típicos pomos de las casas de campo de nuestros abuelos. Similar al modelo Polo de Manistil. 

Si eres amante de las antigüedades y por supuesto de los libros, aprovecha un rincón de la mesa para mostrar algún incunable y así airearlo un poco.

Crea conjuntos de velas y sitúalos en puntos estratégicos de la estancia. Aun así, intenta ser cuidadoso y no colocarlas cerca de cortinas ni en corrientes de aire. Asimismo, no las dejes encendidas sin supervisión. 

Un conjunto de botellas con ramas verdes y unas velas pueden crear un conjunto muy decorativo.

La casa era muy oscura y la dueña deseaba ganar luz. Los colores claros, arena, de las paredes fueron una manera de conseguir una casa más luminosa. 

“Hemos utilizado el mismo suelo –mármol travertino– para los porches y para los interiores de la casa: si la casa se vive fuera y dentro al mismo tiempo, es una buena manera de dar continuidad y no romper la fluidez”, señala Thomas.

Con un entorno de postal así, ¿quién se resiste a cenar al fresco?

La amplitud de este jardín ha permitido organizar el comedor en uno de sus rincones con más encanto, abrazado por el verde. Las sillas de hierro dan un aire romántico al comedor. 

 Tres velas y mucho, mucho verde, conforman este centro de mesa fresco y desenfadado.

 Una acertada mezcla de complementos y toques de verde, convierten a este velador en un rincón lleno de encanto. La botella de cristal está en India & Pacific. El portavelas metálico es de Ikea y la maceta de craquelé, de Pomax.

 Sobre la mesa, grabados realizados por la propietaria. Velas aromáticas de Becara, en Coton et Bois. Jarrón de Pomax, en la misma tienda.

Eli G. ha mantenido los elementos nobles del piso, como las molduras o la chimenea.

Las botellas con un detalle verde y las velas agrupadas en una bandeja dan un toque a la mesa del comedor.

 Maceta, de Blanc D'ivoire, igual que los vasos y los portavelas con asas. Plato con limas, de Becara.

 Sofá, similar a un diseño de Verdecora. Mesa de centro modelo Jardín Igor, de la firma Blanc D'ivoire.

 Vasos de estaño con vela, y lámpara de Blanc D'ivoire. El tibor está en Blanco Marfil.

Velas en el porche: una iluminación natural y muy acogedora.

 La vela es de Zara Home. El portamacetas de cristal con planta de menta está en Los Peñotes.

 Jarra plateada de Becara. El jarrón de cristal es de la misma firma, igual que el bol de mármol con vela. 

 Las macetitas con jacintos preparadas en el invernadero quedan preciosas en la consola y dan una aromática bienvenida a la casa

Como en las otras estancias de la casa, los grandes ventanales invitan a disfrutar del exterior.

 Este agradable comedor de exterior está tan resguardado que es ideal para cenar al aire libre y en la intimidad.

 El blanco del mobiliario y la ausencia de tiradores aligeran sus dimensiones. Para la encimera se ha elegido una piedra natural de un suave crema a juego con el suelo, que aporta una nota de calidez en un ambiente tan diáfano y dominado por el blanco.

Es entonces cuando el chill out brilla con todo su esplendor. Velas que no falten. 

Ten en cuenta que los colores claros darán luz a la oscuridad. Y apuesta por algodones; son frescos y sufridos en el exterior. 

Las contraventanas ciegas, como estas, son las más indicadas para zonas de montaña o climas fríos, ya que ofrecen la mejor protección. Además, dan un look muy rústico. 

¿Por qué no? Si tienes unos portavelas que no usas como tal puedes poner pequeñas macetitas dentro para crear un mini terrario para tus aromáticas. Darán frescor y aroma a tu mesa de centro. 

Esta pérgola de Unopiù con estructura de hierro galvanizado pintado y cubierta de policarbonato acoge un comedor de verano con mucho encanto. 

La barandilla de hierro, de diseño muy discreto, y los peldaños de madera sin contrahuella aligeran esta escalera. 

Puedes iluminar los peldaños o decantarte por luces empotradas en la pared, como se ha hecho aquí. Si la escalera es estrecha, procura que los muros sean blancos o claros para que al reflejar la luz el espacio parezca más amplio. 

Su diseño en giro junto con su barandilla de hierro labrado regala elegancia a esta escalera. Los escalones se han elegido de la misma madera que el resto de pavimento del piso. 

 ¡Y que delicia comer bajo la buganvilla en los días más calurosos del año! Mesa de roble, similar de Sleeping Company. Sillas de hierro, similares al modelo Margot de Unopiù. Los manteles, a la venta en Rialto Living.