Vajillas

"Aproveché toda la estructura con un frente de armarios que integra los electrodomésticos de la cocina –nevera, congelador y horno–, la despensa y el vajillero", explica Gema. Y para camuflarlos, diseñó todo el mobiliario sin tiradores. 

"Iba a ser el armario comodín para toda la casa, ¡qué mínimo que ponerlo bonito!", bromea Leticia. Así que se atrevieron con este original papel de hojas que le da personalidad y un extra decorativo. 

Mantel o la funda de un cojín, un plaid, cortinas… el lino lavado está de moda y su efecto en cualquier habitación es innegable: un material natural, de tacto agradable y visualmente cálido. Incorpora un complemento textil así ya. 

Para Kati de Delikatissen, “el menaje para diario de porcelana blanca es elegante y resistente. Así el protagonismo se lo llevan nuestras recetas”. Además, añade “usar platos bonitos a diario debería ser obligatorio”. No comas en cualquier plato. Haz de cada día uno especial con una vajilla bonita.

Son prácticos porque dejan los platos a la vista, pero deberás colocar solo la vajilla que uses a diario o aquellas piezas que quieres lucir a modo de colección.

Así como los vasos no se deben apilar porque pueden estropearse, las tazas de café, si no tienes más remedio, puedes apilarlas de dos en dos, haciéndolas encajar una sobre otra ligeramente. Aunque mejor, cada una sobre su plato.

De postre, lisos y hondos con sus respectivos. Mejor en una torre de mayor a menor tamaño, aunque es preferible separarlos por tipo para que sea fácil acceder a los de abajo. Aparador con vitrina de Asitrade en Sleeping Company.

Aunque tengas la vajilla y la cristalería guardada en una vitrina, alacena o aparador cerrados, antes de colocarlos en la mesa pasa un paño suave para eliminar el polvo que se haya podido acumular si llevas un tiempo sin usarlas.

Las fuentes puedes colocarlas de pie al fondo del mueble. Quedarán “sujetas” por los platos que coloques delante. Si además las guardas en una vitrina con puertas de cristal, decorarán.

Siempre es preferible que el menaje esté guardado en muebles donde no queden expuestos al polvo. Sobre todo si se trata de piezas que no usas a diario. En estantes, solo esas tazas que lavas cada día.

Para organizar copas, vasos, jarras y tazas hazlo por tamaño, las más altas y grandes al fondo ya que con las pequeñas delante, tendrás hueco para sacarlas con cuidado.

Recipientes pequeños como tazones o cuencos puedes apilarlos para ganar espacio dentro del mueble donde los guardes pero es preferible colocar entre ellos un trozo de papel o plástico protector para no marcarlos.

No apiles bajo el lema “cuanto más alto, mejor”. Esto solo puede darte disgustos si hablamos de platos, vasos y copas.

Puedes instalarlos dentro del mueble, en la base de un estante, para colgar tazas. Vajilla de la Cartuja de Sevilla.

Cuando la cristalería quede a la vista, organiza vasos y copas de pie en filas y por tipos. Es decir, todas las copas de champán juntas, las de vino con las de vino, los vasos iguales juntos… Es un buen sistema para localizar lo que buscas aún cuando no queden expuestos a la vista. Deja medio centímetro entre cada pieza.

Son muebles específicamente diseñados para guardar y organizar platos, otras piezas de la vajilla, menaje en general y copas y vasos. Como suelen tener puertas de cristal, coloca tras ellas las piezas más bonitas y reserva las menos vistosas para la zona de almacenaje con puertas opacas. ¿Quieres customizar una alacena? Clica aquí.

Son muebles con puertas de cristal, bien que apoyan en el suelo con puertas de de arriba a abajo o módulos colgados. Deja los platos a la altura de los brazos, y guarda vasos y copas, más ligeros, en los estantes más altos. Mobiliario de madera de cerezo de Bulthaup en Santa & Cole.

Se trata de que tanto la vajilla como la cristalería sea accesible para que sacar cualquier pieza no conlleve un gran esfuerzo. Entre el último plato o vaso deben quedar al menos 10 cm hasta el estante superior.

Los platillos de pan se sitúan a la izquierda del servicio de mesa de cada comensal. Son piezas que son muy útiles y aportan un toque elegante y festivo a la mesa, así que pueden tener un toque diferente en su decoración. 

Sin duda, el gran aliado cuando hay reuniones familiares son las mesas extensibles, que pueden llegar hasta a duplicar su capacidad. En el caso de que no cuentes con una, una alternativa es unir otra mesa o completar la mesa con un tablero y unos caballetes. Es importante que a la hora de vestir la mesa optes por un mantel XL que llegue hasta el suelo para ocultar los caballetes.

Este centro de mesa dará un toque fresco y delicado a la mesa y puede colocarse en el centro o, como aquí, en un lateral. Para que el conjunto se vea más armónico, se han unificado los jarrones sobre una tabla de madera y se ha optado por flores blancas y verdes. Con combinar de colores le darás un toque más desenfadado e informal. 

Si no sabes cómo decorar la mesa estas navidades, inspírate en este centro de mesa: coloca varias ramas de la flor típica de la Navidad en botellitas de cristal (estas, de Sacum) a lo largo de la mesa y completa el conjunto con velas. Aquí, se ha optado por portavelas de madera (de Be Wood BCN), en sintonía con el look natural de la decoración de la mesa.

La cristalería labrada es antigua y nunca falla en la puesta en escena navideña de Elena: “Me trae muy buenos recuerdos de las navidades vividas, de los que no están ya pero se les tiene muy presentes". 

¡Y muy natural! Para confeccionarlo, Elena recogió frutos de eucalipto en el bosque y los unió mediante un alambre dándoles forma de corona. Basta atarle una etiqueta con el nombre para indicar dónde sentarse. Un detallazo que seguro que entusiasmará a los comensales. 

Dorados, cobrizos, paletados, rosados... Consigue que tu mesa de Navidad supure elegancia usando colores metalizados, desde los detalles dorados de la vajilla, copas de cristal o incluso los candelabros. 

Para evitar que la mesa sea un caos de colores, la estilista Solange Van Dorssen recomienda "elegir un color dominante para el textil de la mesa y acompañarlo con flores en los mismos tonos. En este caso el rosa cumple su función. El resto, mejor en tonos neutros y blancos clásicos. Una pequeña guirnalda de luces junto al centro de flores le dará el toque festivo a la mesa".

"Conviene no abusar de colores intensos. Así te aseguras de no recargar en exceso la decoración. Y puedes reservar los toques de color para los complementos o los detalles más pequeños. De todos modos, si quieres darle color con el mantel, el resto de la decoración deberían ser muy neutra para que el conjunto quede equilibrado", opina la estilista de El Mueble Dafne Vijande.

"Para dar mayor calidez a la mesa navideña, puedes cubrir el mantel de base, en este caso de lino, con un textil más abrigado", aconseja Solange. "Así la mesa quedará más completa". Elige el mantel superior de un tono más cálido, como un piedra, le dará un punto de calidez a la mesa. 

"Un lazo con una ramita, un broche con su nombre, un adorno personalizado... Basta con un pequeño detalle, incluso dentro de la servilleta, que se lo encuentran al abrirla, como una sorpresa", explica Dafne.

El dorado o acabado oro es un clásico de la decoración navideña pero corres el peligro de que el resultado sea demasiado ostentoso. "Una manera de equilibrarlo es mediante detalles de fibras, una vajilla de porcelana o elementos naturales. Aquí, por ejemplo, el individual es de rafia natural y el mantel de lino", explica Dafne.

"Si tienes el centro de la mesa muy lleno y no te caben los cubiertos de postre, una manera práctica y decorativa es reunirlos en un vaso bonito o en una jarra y dejarlos en un lateral de la mesa. Así cuando llegue el momento de los postres, cada uno podrá coger su juego, que puedes dejar preparado con un atadillo", aconseja Dafne.

"Las sobremesas de las comidas navideñas suelen alargarse, así que mejor estar cómodos. Una manera de lograrlo es complementando el asiento con un cojín mullido, que además, decorará", explica Dafne. Un truco muy práctico cuando el salón no tiene capacidad para todos.

"Una manera de evitar que todo quede desperdigado por la mesa y gane orden, es colocar un camino de mesa en el centro que 'contenga' la decoración. Y para que no quede tan estática, puedes dispersar alguna bola o adorno por la mesa. Aquí combiné bolas con medallones de papel", explica Olga. 

¡Y en el que no falten las luces! "Si haces un centro con verde, complétalo con una guirnalda luminosa. Le dará un punto más especial. Puedes completarlo con acebo que, además, dará un punto de color muy navideño", dice Olga.

"Si tienes una mesa de una madera bonita, ¿por qué taparla? Vístela con individuales o caminos de mesa y deja que su belleza decore por sí sola", sostiene Dafne.

Su carácter intrínsicamente romántico y sofisticado tiene el don de la versatilidad. Ya que estos cubiertos -hoy son un elemento vintage- combinan con vajillas de estilo clásico pero también con las más modernas. Así que ya puedes recuperar la vajilla de la abuela o ponerla en tu lista de deseos y vestir la mesa como se merece.

El gris es un color elegante, muy versátil y, además, contrasta perfectamente con la vajilla de porcelana blanca y el camino de mesa formado con hojas verdes. Con las servilletas del mismo color crearás un conjunto moderno y chic a la vez ideal para esta Navidad. 

Inspírate en el verde y el rojo para decorar tu mesa. Para aportarle aún más el toque navideño inspírate en la naturaleza invernal para decorar tu comedor. Por ejemplo, las piñas de pino y ramas verdes son perfectas para el centro de mesa. 

Atrévete con una decoración con colores atípicos de la Navidad. Por ejemplo, el color rosa y el morado. Quedan ideales, ¿no crees? Rompe el protocolo con estilo.

Genial, porque hay Navidad más allá del árbol de Navidad, ¡y sí se puede crear un comedor navideño en una cocina de estilo industrial! 

Si te gusta el estilo romántico, decora tu mesa de Navidad con una vajilla de porcelana, jarrones con rosas y un mantel blanco. Y, si no lo tienes muy claro, ¿por qué no haces este test en el que descubrirás cuál es tu estilo de mesa de Navidad?

Un regalito sobre la silla, servilleteros pintados a mano, unas cajas de madera y portavelas pintados del mismo color... Menos es más y queda demostrado, ¿no crees?