Entonces, ¿cómo hizo para cambiarla sin que pareciera que había pasado por ahí una apisonadora, y sobre todo para seguir fiel a su esencia? Con las ideas claras, y un mantra: tonos suaves, materiales originales y mucho mimo. Así es como han hecho que esta casa tenga en su sencillez ¡su mejor vestido! Los techos están pintados con pintura a la cal. En la pared, es un tono harina tostada, lo que contribuye al aspecto rústico, natural.
Espejos de bambú, figura de caracol y jarrón de madera, de Sacum.