Este salón conserva las molduras, puertas y ventanas clásicas, junto con un suelo de madera con el patrón Versalles. La combinación de colores neutros como el blanco roto, el crudo y el gris en sofás y textiles hace que el espacio resulte más luminoso y sereno. El punto de color lo ponen las plantas y los cojines, en verde.
La pieza estrella es el sofá curvo, al que hemos acompañado de butacas y mesas de centro también curvas para dar dinamismo a la estructura clásica. La madera lavada del aparador y las mesas de centro junto con los muebles trenzados, le dan un aire ligero y actual. El resultado: un salón que demuestra que pasado y presente conviven a la perfección.

CÓPIALAS
20 combinaciones de sofá y butacas que funcionan