Hemos dado un repaso a la iluminación artificial ideal para una casa pequeña pero ¿qué pasa con la natural? ¿hay algún truco para multiplicarla? Por supuesto. Los infalibles:
• ¿Muebles voluminosos? Pon el mobiliario grande a pared, lejos de las entradas de luz natural.
• Cortinas, sí pero... Que no sean ni muy oscuras ni muy opacas. Visillos, estores o cortinas finas de algodón son la mejor solución. El color, cuanto más blanco, mejor. Y si tienen trama abierta, perfectas porque darán intimidad y a la vez tamizarán la luz.
• Espejos. Un clásico. No nos cansamos de repetirlo. Ya sabes, sitúalos estratégicamente para que el sol que entre en casa incida en ellos y lo reboten hasta el último rincón.
• Los materiales cuentan. El material de las lámparas es muy importante a la hora de iluminar los espacios. Sobre todo si son pequeños. Apuesta por lámparas ligeras. De cristal, fibras o tela o clara, permitirán que tanto la luz artificial como la natural, se filtre por ellas con facilidad e iluminarán todavía más.
• La forma de las lámparas también cuenta. Rectas y estilizadas ocupan mucho menos en el espacio y obstaculizan menos el paso de la luz natural.
Y un último consejo de los expertos de Le Bond Studio: "Cuanto más iluminación empotrada e indirecta podamos poner, mayor será la sensación de amplitud y de paz visual, que puede romperse con algunos apliques o lámparas decorativas que contrasten con la decoración escogida".
Nos gusta la idea. Nos la quedamos.

TRUCOS DE DECORADOR
Objetivo: una casa con más luz y que se vea más grande