La calidez que los cabeceros de madera son capaces de aportar a los dormitorios es difícilmente igualable. La clave está en jugar con el tono de la madera en función del estilo que quieras darle a la habitación: si prefieres algo más nórdico, elige tonos claritos; si abogas por una estética con más carácter, opta por colores oscuros. También puedes jugar con el acabado, ¡la madera en bruto va de cine en dormitorios rústicos!
Cabecero, de madera de teca, banco y lámpara flexo, de Sacum. Lámpara de techo, en Ladies and Gentleman. Cortinas y alfombra, en Filocolore.