Decisiones importantes

Cómo comprar muebles y no equivocarte

Te has enamorado de un sofá, una mesa o un puff y, al llegar a casa, no combina, no es del mismo color que en la tienda o, lo peor de todo, no cabe. Estos consejos te serán de gran ayuda

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Tanto si estás planificando la decoración de tu casa como si quieres un makeover total y renovar los muebles, sabes que vas a pasar horas inspirándote en internet y visitando páginas web, tiendas y exposiciones de muebles. Y todo para que, cuando tu mueble llegue a casa, no sea exactamente lo que querías. El sofá es de un color distinto al que viste en exposición, la estantería se queda demasiado baja o choca con la puerta y la mesa de comedor no deja espacio para pasar alrededor de ella. Cuando uno se compra un sofá, una mesa de comedor o renueva la cama, lo habitual es hacerlo para que dure años. Y, si la inversión ha sido elevada y el resultado no te agrada, tendrás que convivir el ellos a la fuerza. Al menos durante un tiempo. Sigue este decálogo y verás como tu mueble y tú os hacéis inseparables.

1. Visita y coge inspiración

Lo primero de todo, busca inspiración que te ayude a definir qué estilo quieres o cómo quieres mezclar los elementos. Date un paseo por la web de El Mueble y usa Pinterest e Instagram, dos redes sociales inspiracionales por naturaleza, para coger ideas. Visita también las páginas de las tiendas de decoración que te gustan. Esto te ayudará a hacerte una idea de cuánto cuesta el mueble que te gusta e ir definiendo el presupuesto que quieres gastar.

2. Planifica y define el estilo

¿Dónde va a ir colocado el mueble? ¿Hay ventanas? ¿Puertas? ¿Y hacia dónde se abren? Tienes que analizarlo absolutamente todo. También la posición de los radiadores –si los tapas pierdes todo el calor–. Valora también el tamaño de la estancia y su correlación adecuada con los muebles. En espacios pequeños, es mejor pocos muebles grandes que muchos y pequeños, que solo darán sensación de abarrotamiento. En cambio si la estancia es grande, tienes más licencias tanto para elegir los muebles. Eso sí, si son demasiado pequeños la estancia parecerá vacía. Acertar con el tamaño de los muebles no es tan difícil.

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3. Mide bien

Si tienes que hacerlo un par de veces para cerciorarte, mejor que mejor. Y mucho más si el espacio es pequeño. Un centímetro arriba o un centímetro abajo puede ser crucial para comprar un mueble y no equivocarse.

  • En el dormitorio: si quieres comprar una cama, mide la altura de tus mesitas para que sigan siendo accesibles cuando estás tumbado. Si es un armario, calcula qué apertura pueden tener las puertas (si son abatibles). No querrás después llevarte sorpresas y tener que redistribuir toda la estancia.
  • En el salón: piensa que la altura del reposabrazos es clave para acceder bien a la mesa auxiliar, así que si vas a comprar un sofá, mídelas también. De igual modo, tienes que tener en cuenta la altura del televisor: tanto si buscas un mueble para la tele como si es un sofá o una butaca, recuerda que la pantalla debe quedar a la altura de los ojos para no forzar el cuello. Mide en consecuencia.

4. No mires cosas que no te puedes permitir

Quien evita la tentación, evita el pecado. ¡Así que no te tientes! Si utilizas páginas web para ir decidiendo cómo quieres tu mueble, utiliza los filtros de selección. La mayoría de tiendas de decoración ofrecen la opción de elegir un precio máximo. No hay nada peor que encapricharse con algo que uno no puede comprar. Ajústate al presupuesto.

5. O que no caben

Introduce también los parámetros de altura, anchura y profundidad. Así te podrás hacer una idea del tipo de muebles que se llevan para un espacio como el tuyo. Si compras en una tienda física, asegúrate bien de comprobar las medidas. Si lo haces ‘a ojo’ puedes equivocarte. Al estar expuestos en espacios muy grandes, engañan a la vista y parecen más pequeños de lo que son. Comprueba las medidas y, si no vienen especificadas, ¡saca el metro!

6. ¡Pruébalo todo!

El colchón, el sofá, las sillas y hasta la mesa del comedor. Piensa que son muebles que vas a utilizar a diario, por lo que no es recomendable dejarse llevar por las tendencias o encapricharse con piezas de diseños imposibles. No hay nada como probar un mueble para asegurar su confort. Un sofá con cojines demasiado duros, mullido de más o muy bajo puede convertirse en una máquina de tortura. Lo mismo con las mesas de comedor con patas imposibles: lo ideal es que no estorben al acercar la silla.

7. Llévate una muestra a casa

Si quieres comprar un mueble tapizado, como una butaca, un sofá o un cabecero, por ejemplo, es recomendable que pidas (o compres dependiendo del establecimiento) una muestra del tejido antes de elegir. Las luces de la tienda –o con las que se ha hecho la foto de la tienda online– son diferentes a la que hay en tu casa. El color cambia de tonalidad según el tipo de iluminación que incida sobre él, así que conviene comprobar cómo lucirá ese tejido en tu hogar.

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8. Prueba cómo quedará en tu casa

Pon cinta de pintor en el suelo –también puedes usar folios– imitando el tamaño del mueble que te ha robado el corazón. Así te harás una idea de su superficie y si ocupa demasiado en la estancia. Si es un cabecero lo que quieres, haz lo propio en la pared. Aunque hayas medido antes, es lo mejor que puedes hacer para saber exactamente cuánto espacio ocupará. este truco es genial para comprobar si queda zona de paso alrededor de la mesa del comedor o si la alfombra que te ha gustado choca con la puerta al abrirla.

9. Comprueba que se puede subir por las escaleras o el ascensor

Y que cabe por el pasillo y esquinas de tu casa hasta llegar a la estancia que le corresponde. La mayoría de empresas de muebles no se responsabilizan si el mueble no cabe por las zonas comunes de tu casa, así que si los accesos están limitados, tenlo en cuenta. Fíjate bien en las condiciones de compra para asegurarte. Tal vez por un extra exista la opción de subir el mueble mediante una plataforma elevadora hasta una de las ventanas de tu casa.

10. Contrata la instalación o el montaje

Aunque entre por la puerta, si no eres demasiado manitas, de repente te verás rodeado tornillos, arandelas y partes del mueble que no sabes cómo encajan. A no ser que sea de muy fácil montaje, lo más adecuado es que contrates una empresa profesional que te lo monte. Esto es especialmente recomendable en muebles de pared, como los del salón.

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