"Me llamo Laura Pérez y vivo en esta casita con Javi, mi marido, nuestros hijos, de 4 y 2 años y un perro. Soy lectora de El Mueble desde hace 3 años y me encanta", saluda Laura. Por ello, nos ha enviado fotos de su hogar que "poco a poco ya hemos hecho nuestro", reconoce.
Aunque no lo parece, Laura vive en Madrid. Cuando decimos 'casa canadiense' es en sentido literal. Se trata de una casa del año 1998, construida con materiales traídos de Canadá.
Toda la estructura es de madera y base de hormigón al estilo americano y su exterior es de canexel. "Un compuesto con una garantía de 30 años, por lo que, en estos 20 que tiene la casa, nunca se ha tenido que pintar ni tratar, y el color azul que tiene es el original", explica Laura.
Y, por el otro lado, está cubierta de hiedra rojiza. Los suelos y escaleras son de roble, al igual que las puertas y ventanas lacadas en blanco, originales así de fábrica. La casa consta de 140 metros cuadrados hábiles en el interior, más un porche vallado.
"En la zona del salón hay un sofá de terciopelo gris oscuro de estilo vintage, un fotomural estilo acuarela, una escalera antigua, plantas, una rama decorando la pared, y mesitas en madera de roble", describe la protagonista.
Y continúa, "los detalles en mimbre y esparto, como las lámparas de techo (de 80 centímetros de ancho), y las cestas están para hacer el conjunto más acogedor".
En el comedor encontramos una mesa de madera de teca maciza, con sillas distintas, "recicladas y restauradas por nosotros", puntualiza Laura. Un espejo hecho con listones de madera y un aparador también restaurado que "anteriormente era color topo y con relieves", dice.
La mesa de comedor es de A Loja do gato Preto, las lámparas son de Vimetea, las mesas bajas del salón son de Maisons du monde, y la alfombra es de Ikea.
La cocina está separada del salón comedor por un sencillo arco con vigas de madera. Tiene una isla central con la vitro cerámica y zona para sentarse. Encima de ella una lámpara de mimbre de gran tamaño. Al rededor de la isla están los muebles de cocina, todos bajos, con encimeras de haya.
"Compramos la casa hace dos años y medio, y al adquirirla, tiramos el tabique de la cocina para hacer el espacio más diáfano", describe.
"Toda la cocina fue hecha a mano por mi marido", desvela Laura.
Hay detalles como las bandas para los libros y revistas, muchas plantas, y electrodomésticos de estilo retro, acordes con el estilo rústico.
El fregadero es de Ikea y la grifería es de Leroy Merlin. Los electrodomésticos son de Smeg e Ikhos.
En la planta de arriba hay tres habitaciones: la principal, "con friso de madera, cama de 160 y mesillas de castaño con más de 60 años", describe.
Otra de las habitaciones, es la de la niña, "con un fotomural de casitas en acuarela, que se vuelven reales con casitas de muñecas antiguas con las que juega la peque", ríe Laura.
La cama es de Lufe.
El pequeño aseo al lado de la cocina tiene "un papel negro con peces vintage, lavabo superpuesto con grifo en cascada y un espejo de bronce con más de 90 años". ¡Todo un acierto!
Los papeles pintado son autoadhesivos lavables de Art by Lemon, la empresa de la propietaria. "Y muchos de los diseños son pintados a mano por nosotros", presume.

Especial El Mueble nº 700
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