¿Sabías que la casa más sostenible de Europa está en Barcelona? Concretamente, en Sant Andreu de la Barca, y es obra de la empresa española Arquima, especializada en la construcción de casas pasivas. Antes de enseñártela te diremos que es capaz de mantener una temperatura constante de entre 22 y 24 ºC todo el año y reducir el consumo de energía en más de un 90 %. Su gran logro: ser la única casa europea con máxima certificación en eficiencia energética (Passivhaus Premium) y sostenibilidad (5 hojas VERDE). No te la pierdas en el vídeo y las fotos a continuación.

Esta casa pasiva mide 312 m2 y cuenta con piscina, salón comedor con cocina abierta, cuatro dormitorios y tres baños. Está distribuida en dos plantas y, estéticamente, desprende un aire muy cálido y natural gracias a su estructura fabricada con madera. Es un material que vemos también en el suelo de parqué, la escalera que lleva al piso superior y los paneles con tablones que sirven para zonificar los espacios diáfanos. Con las paredes y los techos blancos, tiene un estilo nórdico fiel al espíritu de casa sostenible.

Salón con cocina abierta en blanco y madera en casa pasiva de Arquima

Salón con cocina abierta con suelo de madera natural y paredes blancas.

Arquima

A nivel de Passivhaus, que es el estándar que valora la eficiencia energética de una construcción, la casa supone un ahorro de más del 90 % respecto a una vivienda convencional. Gracias a las puertas y ventanas de altas prestaciones, se evitan las fugas de aire (la casa es estanca) y las necesidades de calefacción y refrigeración casi no existen. De ahí que pueda mantener una temperatura interior constante de entre 22 y 24 ºC en todas las estancias. Y hay más. Porque la estanqueidad de la casa hace que, dentro, el ruido externo sea casi imperceptible. El confort es total.

Pero, quizás te preguntes, ¿si la casa es estanca, cómo se renueva el aire? Con un sistema de ventilación mecánica con recuperación de calor, que sanea el aire 24 h sin necesidad de abrir las ventanas para ventilar y es otro requisito para obtener el certificado Passivhaus.

Ventanas herméticas en casa pasiva de Arquima

Una casa pasiva con instalación domótica para controlar la iluminación artificial.

Arquima

Otro aliado que ayuda a mantener una temperatura interior óptima en esta casa pasiva es el sistema de control solar que incorporan las ventanas. Las persianas se bajan automáticamente en función de la incidencia de la luz para evitar que el ambiente interior se sobrecaliente.

Para mayor comodidad y para optimizar el consumo, la casa tiene varios pluses añadidos: un sistema domótico que controla la iluminación artificial, climatización mediante suelo radiante y griferías que regulan el caudal del agua.

Dormitorio con vestidor blanco y azul con baño en suite en casa pasiva de Arquima

Un dormitorio con vestidor y baño en suite decorado en un estilo nórdico en blanco y madera.

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Además, la energía que produce esta vivienda es limpia y renovable. Cuenta con placas solares fotovoltaicas (que suministran energía también al cargador de coche eléctrico instalado en el garaje) y un equipo de aerotermia que produce agua caliente sanitaria sin generar emisiones a la atmósfera ni residuos.

Como apunte, la aerotermia es una de las fuentes de energía más limpias que existen: funciona mediante un intercambio de calor. Obtiene la energía procedente del exterior y la convierte posteriormente en agua caliente, calefacción en invierno y refrigeración en verano.

Baño blanco y con suelo de madera en casa pasiva de Arquima

Baño blanco y con suelo de madera con mueble volado y grifería negra.

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Por todos estos motivos, la casa no solo ha sido reconocida con el nivel Premium del certificado Passivhaus, también con las 5 Hojas VERDE del Green Building Council España (GBCe), que certifica la sostenibilidad de las edificaciones. En base a este estándar, se pueden obtener de 0 a 5 Hojas VERDE, lo que dependerá de la contribución de cada casa con el medio ambiente. Y en este caso el reconocimiento ha sido el máximo.

Los criterios que influyen en la obtención de la certificación VERDE son la ubicación del edificio, la calidad del ambiente interior (aire, luz, ruido, confort), la gestión de los recursos (energía, agua, materiales), la integración social (accesibilidad, formación, comunicación) y la calidad técnica (monitorización, documentación, mantenimiento), tal y como apuntan desde Arquima.

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