Esta casa pasiva mide 312 m2 y cuenta con piscina, salón comedor con cocina abierta, cuatro dormitorios y tres baños. Está distribuida en dos plantas y, estéticamente, desprende un aire muy cálido y natural gracias a su estructura fabricada con madera. Es un material que vemos también en el suelo de parqué, la escalera que lleva al piso superior y los paneles con tablones que sirven para zonificar los espacios diáfanos. Con las paredes y los techos blancos, tiene un estilo nórdico fiel al espíritu de casa sostenible.
A nivel de Passivhaus, que es el estándar que valora la eficiencia energética de una construcción, la casa supone un ahorro de más del 90 % respecto a una vivienda convencional. Gracias a las puertas y ventanas de altas prestaciones, se evitan las fugas de aire (la casa es estanca) y las necesidades de calefacción y refrigeración casi no existen. De ahí que pueda mantener una temperatura interior constante de entre 22 y 24 ºC en todas las estancias. Y hay más. Porque la estanqueidad de la casa hace que, dentro, el ruido externo sea casi imperceptible. El confort es total.
Pero, quizás te preguntes, ¿si la casa es estanca, cómo se renueva el aire? Con un sistema de ventilación mecánica con recuperación de calor, que sanea el aire 24 h sin necesidad de abrir las ventanas para ventilar y es otro requisito para obtener el certificado Passivhaus.
Otro aliado que ayuda a mantener una temperatura interior óptima en esta casa pasiva es el sistema de control solar que incorporan las ventanas. Las persianas se bajan automáticamente en función de la incidencia de la luz para evitar que el ambiente interior se sobrecaliente.
Para mayor comodidad y para optimizar el consumo, la casa tiene varios pluses añadidos: un sistema domótico que controla la iluminación artificial, climatización mediante suelo radiante y griferías que regulan el caudal del agua.
Además, la energía que produce esta vivienda es limpia y renovable. Cuenta con placas solares fotovoltaicas (que suministran energía también al cargador de coche eléctrico instalado en el garaje) y un equipo de aerotermia que produce agua caliente sanitaria sin generar emisiones a la atmósfera ni residuos.
Como apunte, la aerotermia es una de las fuentes de energía más limpias que existen: funciona mediante un intercambio de calor. Obtiene la energía procedente del exterior y la convierte posteriormente en agua caliente, calefacción en invierno y refrigeración en verano.
Por todos estos motivos, la casa no solo ha sido reconocida con el nivel Premium del certificado Passivhaus, también con las 5 Hojas VERDE del Green Building Council España (GBCe), que certifica la sostenibilidad de las edificaciones. En base a este estándar, se pueden obtener de 0 a 5 Hojas VERDE, lo que dependerá de la contribución de cada casa con el medio ambiente. Y en este caso el reconocimiento ha sido el máximo.
Los criterios que influyen en la obtención de la certificación VERDE son la ubicación del edificio, la calidad del ambiente interior (aire, luz, ruido, confort), la gestión de los recursos (energía, agua, materiales), la integración social (accesibilidad, formación, comunicación) y la calidad técnica (monitorización, documentación, mantenimiento), tal y como apuntan desde Arquima.
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