Antes y después: el gran cambio de 4 casas que nos encantan

Miriam decidió abrir el salón-comedor-cocina al pasillo eliminando puertas. De esta forma también eran mucho más visibles la estructura de la casa y los dibujos de las paredes con sus delicadas molduras. Y la luz llenaba el espacio desde ambos extremos mucho más de lo que lo hacía antes. 

¿Qué podía hacer Miriam con este rincón junto al salón que los propietarios habían revestido de madera para convertirlo en un estudio de aire clasiquísimo y con poco espacio?

Increíble pero cierto. De aquel despacho salió esta cocina de madera con un color tan intenso y actual como el azul, y una distribución abierta al salón comedor. La zona más oscura, la dedicó a electrodomésticos panelados y almacenamiento, y en la península, puso el resto. ¿Quieres ver toda la casa? Hazlo aquí. 

Los propietarios de esta vivienda decidieron, cuando la construyeron, darle un aire british pero ahora, veinte años más tarde, se les había quedado anticuada y necesitaban darle una nueva vida. Natalia Zubizarreta fue la encargada.

Tan solo pintarla de blanco ya hizo que el espacio cambiara radicalmente y ganara mucha más luz y sensación de amplitud. El cambio de consola y alfombra también ayudó a limarle el aire "pasado" y darle más actualidad sin perder calidez. Cambiar la madera oscura por un roble más luminoso también fue decisivo.

Había espacio, había luz, un mueble con muchísima capacidad... Se tenía que aprovechar y Natalia supo hacerlo. Solo necesitaba "lavarle la cara" al espacio. ¿Cómo? Sigue, sigue.

Cambió los azulejos por papel pintado. Y en el suelo, una baldosa geométrica. Le dio un nuevo lacado al mueble. Cambió los tiradores. Un arrimadero en blanco en vez del negro que había... ¡et voilà! Un baño de cine.

El mobiliario era demasiado oscuro y recargado, y a pesar de la luz que entraba, el espacio quedaba muy triste. Para darle una nueva vida había que hacerlo muy luminoso y esto pasaba por bastantes cambios...

Lo único que se rescató fue el armario alacena de madera, pero decapándolo para darle más calidez y hacerlo menos oscuro. Y a la nueva mesa se añadieron sillas tipo bistró, que le dan un toque muy personal. 

Tanto espacio pero poco agradable. La idea de Natalia fue mantener la gran capacidad de esta cocina pero darle una nueva vida, mucho más vistosa y acogedora. Y lo hizo con el color. Sigue mirando y lo descubrirás.

Cambiar el mobiliario por este azul fue un acierto. Seguía teniendo el aire clásico pero se convertía en una cocina mucho más actual y acogedora. En la pared, se mantuvo la cenefa, pero del color del mobiliario. ¿Quieres seguir viendo la casa? Lo podrás hacer aquí. 

Y del viejo estar se pasó a este comedor luminosísimo. Las puertas hacia el jardín se hicieron más grandes y se cambió la perfilería por una muy delgada que ayuda a que entre todavía más luz en el espacio. 

¡Y es precioso! Al pintar las vigas de blanco, el techo pareció crecer a lo alto dejando un espacio mucho más airoso. Y las ventanas se hicieron más amplias con el cambio de perfilería. 

Al fondo, en el biombo de madera que oculta las máquinas de aire acondicionado de la casa de una forma decorativa, se apoyó un banco realizado con una tarima de madera y amplias colchonetas. Y el resto de la terraza quedaba libre para ubicar un completo comedor de exterior. 

En blanco total, armario incluido, el dormitorio ganó luz y espacio. Y la combinación con los toques de azul, lo hicieron fresco y relajado a la vez. El suelo, de cemento pulido, también añadió serenidad y frescura al espacio. 

La habitación tenía un handicap bastante importante: quedaba recortada por el hueco de la escalera del edificio. ¿Solución? Este cubo que se ha aprovechado para colocar las camas en diferentes alturas y crear una decorativa escalera con huecos para guardar que da a la habitación un look único.