Marcelo quería darle un aire nuevo a su casa, en las afueras de Madrid. Y que el jardín se viera desde todas las estancias. Fue su madre, la decoradora Nela San Juan Galatas, quien le ayudó a conseguirlo: “Salón, comedor y cocina eran estancias separadas. Lo primero que hicimos fue derribar los tabiques y unificar el espacio que, además, tiene varias salidas al jardín, con lo que ganamos claridad y el verdor de la vegetación”, explica Nela.
Inspirada en Filipinas
La decoradora, de madre filipina, nació y se crió en este país, del que recibió una marcada influencia. “Utilicé elementos inspirados es las casas tradicionales de Filipinas, como las maderas oscuras, o la pérgola exterior, con su cubierta de caña de bambú”. Buena parte del mobiliario lo encontró en Becara. “Ahora, el verde del jardín tiene un eco en el interior, gracias al terciopelo de los sofás, las numerosas plantas o la gran lámpara con base de hierro”.
Todo abierto
El comedor se situó en la cocina, junto a un espectacular ventanal y una gran isla polivalente con encimera porcelánica. El almacenamiento y los electrodomésticos se agrupan en un largo frente de armarios “panelado en un color entonado con los sofás”. En el piso superior, al que se accede por una escalera con barandilla acristalada, diseñada por Nela, está el dormitorio. Tiene una forma irregular muy sugerente, rodeado de ventanales y abierto hacia el vestidor y el baño. La bañera exenta de Corian, la cama con dosel de acero cepillado y la zona de lectura, con una chaise longe junto a la ventana, son una invitación a la placidez y el relax.
Un jardín relajante y acogedor
En el diseño del jardín es quizá donde mejor se refleja la inspiración filipina de Nela San Juan. La pérgola está realizada con una sólida estructura de madera de teca (el mismo material de los muebles) y una cubierta de caña de bambú. El verdor de las plantas aporta serenidad y mucho frescor natural.
La cocina, capaz pero discreta
La pared de la cocina integra un frente de armarios de suelo a techo que ofrece una gran capacidad de almacenaje. Además, da cabida a los hornos y al frigorífico, panelado para que pase desapercibido. La isla central, en el mismo material y color, también incorpora armarios, cajones y una vinoteca.
En el dormitorio, un baño de claridad
Su perímetro irregular, con ventanales en todas las paredes que lo inundan de luz natural, ha permitido recrear el espíritu de loft de la planta baja de la casa. Así, en esta estancia conviven la zona de descanso, un rincón de lectura y una bañera exenta. El dormitorio también está abierto a una zona de vestidor.